Propuesta Confluyente

Acercándose la Asamblea Estatal empezamos a entrar en materia. Ya se está hablando de primarias, censo, principios éticos, programa…. Cada cosa en su nivel, de momento desconectadas y en sus inicios pero apostando por que haya una Candidatura de Confluencia.  Con el debate asambleario, en los territorios o en la red, podemos evolucionar todos los asuntos hasta que confluyan en una Propuesta de Confluencia: un conjunto de soluciones entrelazadas, y con todos sus detalles, de forma que permita un acuerdo político muy amplio, que atraiga a la sociedad haciéndola partícipe de la iniciativa política que es hoy Ahora en Común.

Encontrar lo que sirva para unir todos los elementos no es nada sencillo ya que es preciso que en el resultado final todos los actores de la confluencia nos veamos incluidos, y somos actores:

  • memesTodos los que votemos la candidatura resultante del proceso de confluencia, porque no llamamos solo a votar sino a participar en todo, antes, durante la campaña electoral y después.
  • Los que no nos voten que aún teniendo una actitud pasiva, abstencionista o votando a otros vean que somos un alternativa de dialogo y soluciones con la que se podrá tratar tras las elecciones o incluso decidir la participación que antes no se tuvo.
  • Los movimientos sociales que con su concreta actividad han escrito aspectos programáticos de la demanda social muy necesarios para la confluencia.
    Las organizaciones políticas que hoy representan a partes de la sociedad en unas proporciones tan variables como inconcretas y que por si mismas no pueden ser vehículo de cambio sino solo uno de los vagones del tren del cambio.
  • Los activistas políticos y/o sociales que con sus diferentes motivaciones mantienen despierta y activa a la sociedad.
  • Los ciudadanos individuales, cada cual con su ideología, situación económica, capacidades profesionales, actitudes.. que quieren participar en aquello que les afecta.

Todos estos intereses deben ser contemplados por la confluencia incluyéndose en el acuerdo común:

  1. Los intereses que benefician a todos, los más fáciles de identificar.
  2. Aquellos que con pequeñas modificaciones serán aceptados por quienes no tengan tanto interés en ellos, ayudarán la comunicación, el debate y alguna votación.
  3. Algunos que por la agenda, el calendario, o poco desarrollo, no serán incluidos ahora pero no por ello quedarán excluidos, esperando mejor momento o un mayor trabajo con ellos.

La confluencia será posible si complementamos una actitud adecuada de diálogo e inclusión de la diferencia con algunos cuidados:

  • Algunos mensajes emitidos, con la mejor intención o para abreviar, como «frente de izquierda» no hacen sino impedir el diálogo por implicar una solidaridad ideológica en que algunas personas no se sienten incluidas.
  • Igualmente generan rechazo aquellas propuestas que de forma manifiesta benefician solo a una parte de quienes queremos la Confluencia.
  • Los mensajes rememorando hechos pasados con intención de debilitar la posición de personas o grupos, compañeros de viaje, para mejorar una supuesta posición competitiva.
  • Y como no el oportunismo de las personas que han detectado que la fama de una idea les puede reportar una buena posición hacia una carrera tradicional y exitosa con posibilidades que van desde el sueldo vitalicio a la corrupción.

Abordando el programa «en común»

Podemos encontrar en la desastrosa situación social muchos elementos de urgencia que no admiten demora en su solución, con los movimientos sociales que trabajan en ellos y la participación activa de la ciudadanía es posible definir un programa mínimo de emergencia social. Estos intereses deben ser asumidos desde el inicio y en la propia Constitución de la Confluencia y si alguno de los actores tuviera reparos debería manifestarlo abiertamente pues con toda seguridad serán un peso pesado en los Mínimos de la Confluencia.

El marco democrático/institucional así como la propia división de poderes están totalmente cuestionados por la sociedad por los obstáculos a la participación ciudadana, el secuestro a nuestra soberanía con la última modificación constitucional, los derechos ciudadanos existentes solo en el panel, los fuertes recortes a las libertades políticas como la ley mordaza, la modificación interesada del código penal, el fraude de la deuda,  y otros como la intervención política del sistema judicial. Modificar o se cambiar de raíz la Constitución no es solo una posibilidad, sino una demanda de amplios sectores de la sociedad cuyo detalle es imposible de concretar sin un Proceso Constituyente que la actual legislación hace prácticamente imposible. La Confluencia sin este componente se puede volver absolutamente irrelevante.

El componente constituyente de la Confluencia no puede ser asumido por ningún partido en concreto. No es extraño que ocupe tan poco en las preocupaciones fundamentales de los partidos ya que por si mismos nunca podrán emprender una reforma constitucional aunque es percibido por buena parte de la sociedad como una necesidad, un potencial bien común.

El componente constituyente aporta valores a la confluencia. Los partidos no se diluyen en el Acuerdo Confluyente porque esta pequeña disolución tiene un tiempo muy corto, el necesario para que el nuevo gobierno modifique las leyes que impiden el Proceso Constituyente y convocándolo se disuelva el Parlamento para abrir una Etapa Constituyente en la que la individualidad de los partidos, lo que los diferencia a unos de otros, es muy necesaria, en ese momento mas que hoy porque necesitamos confluir para ganar al bipartidismo.

El componente constituyente es una oportunidad para los partidos políticos para reorganizarse para la nueva etapa que todos vemos y deseamos y no termina de llegar. Es por tanto para ellos un bien común igual que lo es para la sociedad.

Debilitar o diluir el aspecto constituyente de la confluencia nos llevará inevitablemente a la competencia entre las organizaciones políticas por conseguir esos escaños que además les dan el soporte económico para mantener su estructura organizativa en los siguientes cuatro años. Muchas personas pensamos que la estructura tradicional de los partidos está obsoleta, que son necesarias nuevas formas de hacer política, partidos de nuevo tipo, en Ahora en Común intentamos hacer algo distinto pero sabemos que los partidos, hayan evolucionado o no, aún existen y hay una parte flexible y variable de la ciudadanía que confía en ellos por tanto debemos contar con ellos.

Los partidos pierden muy poco dejando un tiempo en «standby» su modelo aprovechando el proceso de confluencia para renovarse.  La «Apuesta de Marca» sin embargo trae para partidos y ciudadanos muchos riesgos, hoy día evidentes para toda la ciudadanía.

Es muy fácil caer en la tentación parlamentaria, en esas largas sesiones que justifican viajes, encuentros, reuniones, diálogo institucional que finalmente traen subvenciones a los partidos políticos con presencia institucional y un futuro mas seguro a quienes consiguen un sitio en la bancada. Por muy honesto, joven, innovador que sea el nuevo parlamentario tiene garantizadas condiciones inalcanzables a muchos ciudadanos y aunque hay políticos honestos con manos limpias, tendrá como ellos muchas oportunidades para dejarse convencer por la vía de la corrupción.

Programa Mínimo de Emergencia Social y Proceso Constituyente pueden ser para la Confluencia dos patas determinantes en las que apoyarse. Nos falta otra, la imagen y la comunicación del proyecto. Si no se refleja en ella el acuerdo plural con una imagen y marca plural puede que no lleguemos nunca a constituir un Acuerdo Político Confluyente porque la imagen y la marca debe ser tan plural como los actores de la confluencia. Para la Confluencia afortunadamente nadie está hoy en condiciones de imponer ni una marca ni un cachito de ella.

Candidaturas

Las candidaturas son la cara concreta en la que se manifiesta el Acuerdo de Confluencia. Llegados a este punto entra en escena el sistema de primarias. Podemos hacer dos turnos, uno para presidente y otro para candidaturas provinciales… pero chapuceando y presionando en cada una, compitiendo para conseguir una mejor posición, tampoco haciendo de nuestra provincia un «coto privado de caza electoral»; no conseguiremos un Acuerdo de Confluencia sino grandes dolores de cabeza y toda clase de presiones competitivas por estar arriba.

No se si algún día aprenderemos que cuando hablamos de bien común el camino no empieza en el ombligo propio, ya sea personal o de partido. Hasta que cambie nuestra visión individualista y competitiva podemos encontrar fórmulas satisfactorias y temporales que no mengüen el futuro de ninguna apuesta política y permitan presentarse a ciudadanos excluidos habitualmente por la estructura de los partidos.

Podemos hacer dos rondas de primarias:

Ronda de cabezas de lista. –

  • En esta ronda se decide el candidato a presidente de gobierno y quizás la cabeza de lista de cada provincia. El límite lo decide el número de circunscripciones, 52.
  • En la votación solo pueden salir 52 candidatos de los que el que tenga mas votos será el candidato a presidente.
  • Cada candidato aspirante a la presidencia de gobierno se posiciona en la provincia de su elección. El orden para la votación se puede decidir por sorteo.
  • Quien obtenga los votos suficientes para ser la apuesta por la presidencia no ocupará la cabeza de lista de la provincia por la que  se postula.
  • Los siguientes en votos de esta ronda de primarias serán cabeza de lista de su provincia siempre que en la siguiente ronda provincial de primarias los otros candidatos no le superen quedánose en la posición que le de su número de votos.

Esta ronda se puede mejorar mucho mas si los candidatos son amables entre si y no pretenden competir por la misma provincia, ya que la votación, aunque cuente para las cabeceras de provincia, es para encabezar el gobierno. 52 son muchas posibilidades.

Ronda de candidatura provincial. –

  • Se hacen primarias por provincia con listas abiertas y orden sorteado.
  • Los candidatos de la circunscripción se ordenan según los votos recibidos considerando en el orden los candidatos que han salido en las primera ronda con sus votos.
  • Se puede desarrollar mucho mas en el debate de primarias.

Para evitar una gran disparidad en el numero de votantes de una ronda con respecto a la otra ambas se pueden hacer de forma simultánea.

Con esta doble ronda son los ciudadanos los que posicionan a los lideres, igual que sucede en las encuestas o las propias votaciones, no las presiones de los partidos y personas con reconocido prestigio social pueden postularse aunque no tengan apoyo partidario.

La ventaja para la Propuesta Confluyente es que ninguna de las personas percibidas en la sociedad como líder del cambio será excluida y por tanto la imagen del cambio será integradora. Los partidos políticos tendrán la posibilidad de hacer sus propias campañas defendiendo a sus lideres igual que los ciudadanos independientes podrán formar sus estructuras de apoyo con arreglo a su mensaje.


 

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Esta es una propuesta de confluencia que aún tiene mucho que mejorar, espero animar a todos a hacer nuevas propuestas, propuestas complementarias o mejoras si a alguien se le ocurren, pero sobre todo lo que animo es a debatir sobre el «pegamento de la confluencia», lo que puede unirnos a todos los actores de la confluencia, porque no es necesario esperar a que terminen todos los debates, es mas, hacerlos en paralelo nos ayudará a mejorar todos los otros elementos, principios éticos, programa mínimo, propuestas constituyentes, económicas, etc.

Estamos tratando la idea en la Comunidad de AhoraEnComún