Inteligencia colectiva, empoderamiento ciudadano y democracia

 Los pilares de la vieja sociedad se desmoronan. Nos encontramos ante una crisis de civilización de carácter mundial que parecen devolvernos a un pasado feudal.  El derecho al trabajo, a una renta suficiente, a tener casa, educación, salud, protección social, un entorno natural sano y alimentación adecuada, han pasado de derechos fundamentales a papel mojado. El patrimonio común está siendo destruido por quienes lo gestionaban para su propio enriquecimiento.

Durante años los gestores públicos han usado la democracia representativa como carta blanca,  comprada con corruptelas, al servicio de intereses de terceros.

Las leyes que deberían ordenar una sociedad justa, sin discriminaciones, equilibrada, son hoy grandes rocas que protegen la cueva de Ali Baba.

La movilización de la sociedad por al defensa de sus derechos ha desenmascarado a quienes decían ser nuestros representantes cuyos nombres pueblan los juzgados por corrupción.

Estamos reclamando cambios en el sistema político institucional, en las leyes electorales, en la economía, para la sostenibilidad, en los derechos humanos y políticos sistemáticamente atacados. No queremos que sigan decidiendo otros en nuestro patrimonio común, queremos decidir nosotros.

El cambio de leyes e instituciones es imprescindible, así como sustituir a quienes han integrado el corrupto bipartidismo y sus socios por una mayoría portadora de la voluntad popular. La crisis de nuestra sociedad tiene una salida que va mas allá de las instituciones. Se trata de un cambio imposible sin participación de la ciudadanía tanto en ellas como como en la reorganización de la sociedad sobre la base de principios éticos y un acuerdo de consenso global para el bien común que integre a la inmensa mayoría en lo que se ha llamado el programa del 90%

La inteligencia colectiva es una necesidad ineludible para conformarlo así como la participación lo mas directa posible tanto en los procesos de decisión como en los mismos cambios de forma que nos reapropiemos de todos aquellos elementos decisivos para que nuestra vida sea personal y socialmente satisfactoria, sostenible y solidaria con los demás seres humanos tengan cualquier cultura, creencia, raza o sexo.

La democracia representativa debe ser sustituida por sistemas mas directos que garanticen la intervención ciudadana en cualquier tema o lugar según su interés en el. Democracia directa, una persona un voto, sistemas de voto mas proporcionales, con múltiples opciones, de cualquier ámbito, representación de las ideas, listas abiertas, referendums, iniciativas legislativas, voto y herramientas para la deliberación por medios electrónicos, superación de la brecha digital. Garantías frente al fraude, auditabilidad de los sistemas de votación, transparencia.

Muchos hechos recientes demuestran el interés de los ciudadanos en ser ellos quienes decidan. Sin embargo detectamos la ausencia de algunos de estos principios y particularmente de la horizontalidad y transversalidad, en beneficio de caducos principios que pensábamos ya superados, nos han convencido de la necesidad de luchar por ellos en la sociedad, en cuantos sitios podamos llegar y nos proponemos por ello organizarnos para extenderlos a la cultura política común en donde crece abismalmente el rechazo del pasado pero donde perviven aún muchas de las trabas que debemos superar.

 

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