Beneficio de 360 grados y Bien Común

El concepto “beneficio” precisa de una revisión completa. Asociado con su adjetivo “privado” dice muchas cosas sobre quien lo percibe, sin embargo el foco individual en la concepción del beneficio nos impide ver el alcance de los efectos colaterales hasta el punto de que hoy prácticamente hablamos solo de ellos sin reconsiderar el adjetivo y por tanto la definición del beneficio.

Hablamos de crisis financiera, desempleo masivo, crisis ecológica del planeta, corrupción, crisis del sistema político… En cada uno de los aspectos de la crisis económica podemos encontrar serios cuestionamientos al concepto de beneficio privado que ignora todas las consecuencias que este tiene para la sociedad y el planeta por la forma en la que se obtiene.

El movimiento ecologísta descubrió hace años como la actividad productiva destruía el entorno natural al no considerar los factores externos de la naturaleza. Los científicos reconocen hoy que las energías fósiles son responsables del efecto invernadero. Gracias a este movimiento social existen algunas regulaciones ambientales de vertidos aunque se siga produciendo con un alto nivel de residuos. Las corporaciones se resisten a dar el paso al residuo cero y al cambio de modelo energético para no reducir su beneficio aunque sea a costa del resto de la humanidad y el planeta.

Ya en el ámbito internacional estas mismas corporaciones intentan evitar las legislaciones proteccionistas, medioambientales, sociales, o incluso derechos políticos, de los estados con tratados como el TTIP para maximizar sus beneficios privados.

Aunque algunas ideologías políticas ya cuestionaron en el pasado el beneficio privado no podemos pensar que por haber asumido sus valores estamos por ello libres de la ética que exalta la preeminencia de lo privado sobre lo común.

El político corrupto no tiene problema moral alguno por firmar cuantos recortes sociales sean necesarios si el consigue una vida mas plácida y rodeada de riquezas con solo cuatro años de mandato, ha hecho como es común en nuestra sociedad, ha puesto su beneficio privado por encima del bien común, algo que personas sin acceso al poder también pueden hacer y hacen a diario, poner su bien personal por encima del común.
En la película Interestelar un astronauta científico intenta destruir la misión de sus compañeros para salvar la humanidad para salvarse el mismo. Con menor espectáculo pero con los mismos valores una persona tira un papel que le molesta al suelo y no a una papelera. También actúa con la misma filosofía del bien privado una persona que se presenta a primarias de una candidatura unitaria repitiendo el mensaje bienintencionado de la confluencia por el bien común, pero buscando en realidad un camino mas corto al escaño que garantizará sus ingresos el resto de la vida.

El bien privado que en estos casos, de corporaciones o personales, choca o cuestiona lo común de la sociedad y el planeta justifica el clima de competencia y hasta guerras por el paso del gas ruso o el control del petroleo somalí, no tiene porqué estar sistemáticamente contrapuesto al bien común.

Un estudiante que se esfuerza por obtener una alta cualificación en su formación podrá prestar grandes servicios a su comunidad y obtener con ello los medios para tener una vida digna, su bien privado al que tiene todo el derecho y merece como cualquier persona con una actitud activa ante la sociedad. Sin embargo es muy probable que para realizar su bien y derecho privado deba competir por su puesto de trabajo negando un derecho similar a otros como si el bien común no fuera capaz de albergar armónicamente los derechos privados y personales.

En el caso de las corporaciones e intereses económicos privados defendidos por el sistema actual del bien privado se juega de forma habitual con los intereses privados para garantizar la realización del bien privado dominante. Se enarbolan los puestos de trabajo que se perderán si se cierra una incineradora de residuos que está emitiendo tóxicos a la atmósfera, se defiende a los hogares que carecen de recursos para cambiar una caldera de carbón para defender la emisiones de CO2 de una térmica… y así sucesivamente se garantiza la pasividad de la sociedad mientras se destruye el bien común. Sin duda los medios de información colaboran informando solo de lo que conviene al bien privado dominante, pero la actitud de la sociedad está casi asegurada mientras no haya nada que cambie sus valores y la preeminencia de lo privado sobre lo común. La competencia y la pasividad son las dos secuelas sociales mas relevantes de la preeminencia del bien privado, aunque existen otras como desarrollar en privado negocios que darán beneficios a la sociedad por temor a perder el bien privado de su organización inicial. Compartimos de forma limitada y condicionada al bien privado de forma que perdemos o limitamos gravemente otro bien común, la inteligencia colectiva.

Bien-comun

Es fácil deducir que la inteligencia colectiva puede ayudarnos a definir el bien común y que, al contar con la inteligencia individual de cada persona, estas velarán por que sus propios intereses personales no se vean perjudicados y sean contemplados en la definición concreta del bien común. Si además contamos con información no sesgada hacia un bien privado concreto la humanidad tendrá la oportunidad de abordar grandes cambios en tiempos realmente cortos a escala histórica de la humanidad y el planeta.

Pero es también muy probable que el intento por actuar colectivamente, por generar una inteligencia colectiva, sea abortado por nosotros mismos, por nuestra educación individualista y competitiva.
En el egoísmo personal podemos encontrar las dos motivaciones, la social, porque si nos envenenan el aire cada egoísta morirá igual que su vecino y porque cada egoísta quiere una parte del bien que significa el aire limpio. Por ello partir de la manifestación expresa del bien privado individual no es una decisión errada si buscamos el bien común y porque la defensa del bien privado implica, casi como un resorte, una actitud activa de cada persona sin la que no habrá jamas inteligencia colectiva.

En una sociedad que transita de la primacía del bien privado a la primacía del bien común una definición de este menos estática y con intereses individuales bien definidos será de mas ayuda que las generalidades de un bien común que nos cuesta palpar, el beneficio de 360 grados integra a cuantas personas se puedan ver afectadas por cada actividad, productiva, social o política. Será mucho mas facil definir una colaboración voluntaria si todas las voluntades se expresan como paso previo al acuerdo social inevitable para iniciarla y llevarla a cabo.

Los acuerdos de 360 grados no se generan por un sistema de jerarquías de bienes privados como en nuestra actual sociedad. El poder establecido decide por nosotros cual es la relación entre intereses privados y cual de ellos es el determinante. En un acuerdo de 360 grados todos los participantes son iguales en derecho y por ello el acuerdo solo se podrá establecer por consenso entre pares. Aparentemente las externalidades, derechos sociales globales, sostenibilidad, etc no podrian expresarse y podríamos encontrarnos con acuerdos sociales de colectivos pequeños (en escala humana) para impulsar la energía atómica o invadir Marruecos, pero si se expresa porque aceptando como referencia el bien común este es quien establece el marco del beneficio de 360 grados.

Los valores que adopte la sociedad, equilibrio medioambiental y sostenibilidad, residuo cero, bienestar social, derechos fundamentales (vivienda, ingreso mínimo, libertades políticas…), Igualdad de genero, etc deberán estar tan organizados como la estructura económica de la sociedad de forma que puedan participar orgánicamente en todos los acuerdos de 360 grados en el momento de constituirse y durante toda su existencia. Si las organizaciones productivas tienen su forma orgánica para realizar sus funciones el bien común debe también tener sus organismos, Organizaciones del Bien Común, que defiendan en la sociedad estos valores para desarrollarlos, estableciendo indicadores comunmente aceptados como hace hoy en algunos casos la llamada «Economía del Bien Común».

Una empresa no tiene una producción sostenible por crear un área de sostenibilidad o campañas de comunicación al respecto, sino porque al organizar y materializar su actividad ha considerado valores externos, no reflejados directamente en sus activos, de forma que no se dañen aunque suponga mermar su beneficio privado. ¿Es esta una conducta suicida?. No, evita malograr su futuro destruyendo elementos que finalmente le obligarán a cerrar o cambiar totalmente como hace su actividad creando además un fuerte rechazo social  afectando a sus ingresos directos como hemos visto ha sucedido a APPLE con fuertes caídas en sus ventas al conocerse las desastrosas condiciones sociales en las factorías de sus productores en China.

La reforma laboral está pensada desde el punto de vista del calculo del beneficio privado ignorando los efectos globales que causarán reducción directa del mercado de consumo, caída de la productividad, huida del capital intelectual y el consiguiente empobrecimiento de las propias organizaciones económicas haciéndolas menos competitivas. Esta ceguera por insistir en la aplicación de un modelo de beneficio inviable nos hundirá hasta no se sabe donde.

Cuando hablamos de transición tendremos que hablar de la transición en los conceptos que mueven la economía real, y en el concepto de beneficio empezar a usar la idea de beneficio de 360 grados, aquel que considera a todas las partes afectadas respetando e integrando su realización en el desarrollo final de la actividad ya sea privada o como entidad.

El beneficio de 360 grados supone una intervención consciente de todos los elementos que intervienen en la economía para definir su beneficio privado y llegar a acuerdos de 360 grados con todos los elementos con los que se interrelaciona de forma que todos ellos sean viables y tan necesaria como acordada su relación.

¿Quiere decir que no habrá mas beneficio privado?, en absoluto no solo lo habrá sino que se incrementará porque creciendo el beneficio de 360 grados no destruimos nuestro futuro, incentivamos la productividad en todos los niveles, favorecemos la calidad y la innovación así como alianzas de largo alcance incluidas las no directamente cuantificables. Tomado el beneficio de 360 grados como criterio por todos los actores en un proceso productivo concreto se producen cambios internos en este mismo como consecuencia de la actitud mas comprometida de todos ellos al estar considerados sus propios intereses privados que mejorarán cuanto mas sea su implicación y aportación activa.

Hasta ahora hemos medido el beneficio según el valor de sus elementos en el mercado. Ya sabemos que esta forma de medirlo ignora las externalidades del precio. Proviene de una época en la que considerabamos la riqueza de la naturaleza inagotable. No calculamos el coste de producción del petroleo, sino el de su extracción, por esto lo consumimos en una microfracción del tiempo que cuesta realmente producirlo… y así nos va con el cambio climático. El petroleo no es globalmente rentable pero es cierto que produce un beneficio privado que nos está costando muy caro al conjunto de la humanidad. Si cambiamos a la concepción de 360 grados intentaremos eliminar cuanto antes los combustibles fosiles sustituyendolos por energias renovables.

En este caso concreto ¿podemos medir el beneficio según sus costes monetarios?. No, ya hemos decidido poner en valor la sostenibilidad aunque para esta no haya medición dineraria.

Los valores en la determinación del bien común.

El beneficio de 360 grados implica la consideración de valores cuyo mercado no podemos cuantificar dinerariamente, supone por tanto un cambio de la función del dinero que dejará de ser determinante.

Esto ya lo hacemos hoy, pero no lo valoramos. Es mas rico quien dispone de 8 horas libres todos los días que quien no dispone de nada porque quien tiene tiempo libre puede mejorar acumulando conocimientos que en su trabajo habitual quizás incluso no se valoren.

Integrando conscientemente estas externalidades de los precios incluso a nivel individual modificamos las condiciones del contrato que rigen todos los acuerdos económicos.

Una pequeña empresa que empieza casi sin capital podrá mediante esta clase de acuerdos integrar capacidades y trabajo en su negocio que en ese momento no podría pagar según el concepto dinerario del valor lo que le llevará a alcanzar acuerdos de futuro con sus miembros y por tanto un compromiso mayor que el que pueda traer un contrato laboral a los precios habituales. Y mirandolo desde el lado del trabajador conseguirá mediante su trabajo, mal pagado monetariamente, una inversión de futuro que le une estratégicamente a la empresa. Si vemos este acuerdo desde fuera veremos que su viablidad se basa en la viabilidad global del proyecto. Un mal proyecto fracasará aunque disponga de créditos para pagar salarios. El acuerdo se produce porque ambas partes ven viable su beneficio aunque no sea de forma inmediata, es un acuerdo de 360 grados.

Volvamos al mercado en su mas vieja concepción, al de compro/vendo. En este se producía el acuerdo ignorando las externalidades del precio, el beneficio se medía con respecto a los costes monetarios que ya hemos visto no es buena idea.

Este método tiene otros sobrecostes hasta ahora mal resueltos. En la producción fordista la producción en serie podía provocar saturación del mercado, stocks y hundimiento del precio. Esta fue sustituida por los estudios de mercado y tras ellos las proyecciones de futuro que ya cotizan en bolsa siendo la base de lo que llamamos especuilación. No me extiendo.. esta historia la conocemos sufriendola cada día y nos ha traido asociada malas practicas como la distribución de falsos productos como destornilladores que se tuercen al apretar un tornillo. La exigencia de calidad esla consecuencia cada vez mas omnipresente.

Vamos con la definición de qué es calidad mas allá de lo que era el mercado inicial. Calidad es que se ajuste como un guante a mis necesidades durante el mayor tiempo posible.
Si a este concepto de calidad le incorporamos las externalidades del precio tendremos un producto final definido mediante un interés de 360 grados que no es siempre el mismo y en cada caso. ¿No nos recuerda a la producción on demand?, ¿a la producción personalizada?, ambas fuertes tendencias productivas.

Para la definición del producto con las posibilidades de nuestros dias y el conocimiento y experiencia adquiridos necesitamos del encuentro de intereses perfectamnete delimitados, mas concebidos desde sus inicios como de 360 grados. La moderna comunicación distribuida en redes nos permite llegar a esta clase de acuerdos gracias a la compartición de conocimiento.

Las organizaciones económicas que transformen sus equipos de ventas en equipos de comunicación y negociación con sus clientes modificarán sus lineas de producción y calidad directamente con la información compartida en estos procesos de forma que tendrán productos diseñados con una visión de beneficios de 360 grados para todos los participantes en la relación productiva de distribucion e intercambio.

El beneficio de 360 grados puede ser en el futuro inmediato un valor determinante de la actividad económica.

Motivado para la actividad del grupo Transición