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Beppe Grillo no es un modelo. Ninguno de los aun innombrables proyectos políticos, nacibles del 15-M, dispuestos a acudir a las urnas quizá en las europeas de la primavera de 2014, o en las próximas elecciones generales españolas, considera que el proyecto de Beppe Grillo, en Italia, pueda parecerse o parangonarse a cualquier partido político nacido de la calle, de las mareas, de la izquierda, o del difuso y rotundo 15-M. Beppe Grillo, con un partido antipartidos, y de sorpresa, convirtió a su Movimiento Cinco Estrellas en la formación más votada de las últimas legislativas italianas. 25,5% de los votos. Un partido antisistema. Tuvo posibilidad de gobernar con el centro izquierda de Pier Luigi Bersani. Pero Grillo se negó. Dijo que su antipartido indignado nunca pactaría con un partido tradicional. Y gobernaron los de nunca: primera coalición derecha-izquierda en Italia desde la posguerra europea. Y esta semana, las elecciones municipales han convertido a Grillo y a su partido en una posible anécdota. Los analistas achacan este hundimiento a su negativa a pactar con partidos tradicionales.
No podemos apostar por cambiar las cosas y cuando tenemos una posibilidad negarnos a ello.
El movimiento 5 estrellas se ha borrado así mismo de la historia igual que haremos nosotr@s mismos si no asumimos que el gobierno de lo común exige nuestra intervención directa pues mientras no la hagamos serán otros los que decidan por nosotros.
No seamos «Beppegrilleros»
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