Guerra movilizaciones y alternativas políticas

“Creo que Aznar no debió estar en las Azores, porque además estuvo y pareció que era uno de los que declaró la guerra, cuando no íbamos a la guerra y esa imagen que se trasmitió desde las Azores fue profundamente negativa (…) Fue una decisión personal, él dirigía la política del Gobierno (….) y la imagen que trasmitió es la que permite decir que estuvimos en la guerra de Irak, cuando no estuvimos”

De esta forma Ignacio del Burgo ha abierto en el PP una fisura por el mismo sitio que le provocó perder las elecciones generales. Aunque Acebes le haya recordado que apoyó en su momento esa decisión su cara en la rueda de prensa evidenciaba el «tocado en llaga» que se acababa de producir.

Sin embargo Acebes, como es costumbre en él, recordó que hay tropas españolas en Afganistán y Líbano, el punto gordo y borroso de la pasada manifestación contra la guerra del pasado 17 de marzo.

Esta tuvo otros puntos de los que ha habido escaso eco. Para mi el cambio en los protagonismos tiene mucha importancia.

En ocasiones anteriores de la movilización contra la guerra fueron grupos antisistema y organizaciones sociales las que promovieron organizaron y dieron cuerpo doctrinal a las movilizaciones. Los afiliados y simpatizantes de PSOE IU CC.OO o UGT asistían disueltos a ellas. Esto creó el magma social que tras los atentados del 11 M, y por la falsificación del gobierno Aznar, llevó a la derrota electoral de la derecha.

Esta vez fueron estos protagonistas disueltos en el pasado los que dieron cuerpo organizativo y doctrinal a las manifestaciones contra la guerra y la ocupación de Irak, y por ello se silenció la presencia militar en Líbano y Afganistán y se convirtió la manifestación en un nuevo uso de las victimas del 11 M y apoyo político al gobierno.

Asistí a esta para ver, me escapé en poco a «la otra», la convocada en Sol, donde un pequeño número de personas aguantaba para manifestarse bajo la presión de numerosos efectivos policiales con el «casco de dar» en la mano.

Estaba muy clara y evidente la desorganización y dispersión de la gente antisistema, la única que podría responder coherentemente a Ignacio del Burgo, a Acebes y al PSOE. Pero estas gentes con las que me siento participe y solidario, no son capaces de hacer nada o se oponen directamente, a dar cuerpo político al magma del que hablaba antes.

Al no existir ninguna salida política para ese cuerpo social el movimiento antiglobalización quedó solo en la memoria de algun@s y en el celuloide (pasta o digital). Igual ocurrió despues con el movimiento contra la guerra de Irak. El único beneficiado ha sido el PSOE, siempre se benefician ellos de lo que hacemos quienes no tenemos objetivos dentro del sistema.

No me sorprende la disolución de este espacio político y las dificultades para construir un movimiento social que frene el ascenso del franquismo, pues como en otras ocasiones ni PSOE ni IU harán nada para impedirlo.

Durante la gestión alza y euforia del movimiento antiglobalización mucha genté pensó que aquel pudiera ser el camino para la superación del micronésico tamaño de los grupos y las difíciles relaciones intersecarias, estas sin embargo se siguieron manifestando en la forma de cesiones sistemáticas para el consenso y vacio total de perspectivas. Lo que aparentemente era una fortaleza llevó despues a la muerte del movimiento.

En la preparación de las manifestaciones del 17 de marzo volvieron a salir todos estos «viejos trastos» y la unica forma que quedó de mantener algunba relación entre los manifestantes de un lado y otro fue el trasiego de una manifestación a otra que much@s practicamos.

No se si del silencio que vivimos saldrá alguna vez algo, lo que si tengo claro es que nada sale por eco, rebote, generación espontanea o fenómeno natural.

Por esto creo que es necesario crear un espacio político donde todos los grupos alternativos antisitema podamos estar.

Que debe haber unas mínimas normas de consenso para la movilización y la propuesta política que excluya la escandalera sectaria entre grupos.

Que debemos dejar el terreno de la decisión estratégica a la decisión popular y acabar con el vanguardismo heredado del pasado y penetrado hasta los confines de los grupos mas declaradamente anarquistas.

Que debemos abordar el problema de la cultura popular para atajar el progresivo vaciamiento de conciencias.

Y otros temas que gustosamente habria que decidir o abordar en ese espacio.

1 comentario en «Guerra movilizaciones y alternativas políticas»

  1. Muy de acuerdo, Jose. Creo que la explicación es que la gente de izquierda, huérfana de organizaciones efectivas que puedan competir con el PSOE – izquierda institucional y consciente no ostante de la ineludible obligación de enfrentarse a la ofensiva «a por todas» del PP, acaba haciendo una especie de «movilización útil» (parafraseando el conocido dicho del «voto útil»).

    Un saludo

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