Eso dice Víctor-M. Amela, profesor emérito de Economía en la Universidad París-XI. Pero lo mas importante que dice es que es posible parar el actual ritmo de crecimiento destructivo dibujando una reorganización de la economía en entornos ecológicos locales.
Yo solo añadiría que habría que cambiar también nuestra organización social haciendola mas horizonal, menos institucionalizada, basada en la democracia directa, para que tanto en las decisiones estratégicas como en las cotidianas el ser humano fuera un protagonista consciente.
Se puede leer en Rebelión y La Vanguardia