El pasado domingo 16 de noviembre a las 13:52 Podemos anunciaba los resultados de sus elecciones internas confirmando lo que ya se sabía un aplastante resultado a favor de Pablo Iglesias y las listas que había confeccionado su propio equipo. La prensa resaltaba que P. Iglesias salía elegido con el 88,6% de los votos emitidos y que su victoria se había fraguado en la TV y las redes sociales.
El resultado monocolor repetía lo sucedido anteriormente en las votaciones internas sobre los documentos. Victoria oficial arrasadora. Sin embargo los destellos de la prensa y la TV nos pueden inducir a ver la realidad de forma distorsionada.
Para dilucidar el significado del voto es preciso tener en cuenta que ha votado quien ha querido hacerlo y que por tanto no se pueden hacer cálculos en los que intervenga la vida interna de Podemos ya que esta es mucho mas pequeña que lo que indican los números de votantes e inscritos.
En la primera etapa de la Asamblea Ciudadana el volumen de documentos disuadía de la lectura, casi 250 textos, muchos con mas de 30 páginas, como paso previo al voto y se votó por tanto por el prestigio público por lo que era normal si se había puesto fácil identificarlo que fuera Claro Que Podemos el que recaudara mas apoyos. 90451 votos a los documentos de P. Iglesias suponían el 80.71% respecto de los votantes pero solo el 41,11% de los 220.000 inscritos,
En el voto a las candidaturas ha respondido a los mismos estímulos. No se pudo saber quienes eran los candidatos hasta el inicio de la votación. Los candidatos por si mismos no podían atraer el voto porque salvo las figuras públicas eran prácticamente desconocidos y fueron por tanto quienes tenían atracción mediática los que atrajeron la participación. Lógicamente los apadrinados por el equipo de Claro Que Podemos recibieron un respaldo y prestigio que no era por merito propio.
Los resultados han vuelto a repetir la tónica de la primera fase de la Asamblea Ciudadana: De aproximadamente 250.000 inscritos P. Iglesias ha recibido 95311 votos que suponen el apoyo del 88,6% de los votantes pero solo del el 38,12% de los inscritos que han participado solo en un 42,9%, 107.488 votantes.
Comparados unos resultados con otros y a pesar del aumento de inscritos no podemos decir que ha aumentado el apoyo recibido por P. Iglesias y su equipo ya que el 88,6% de apoyo recibido refleja un dato estancado o incluso a la baja un 38,12% frente al 41,11% previo en relación al censo.
Teniendo en cuenta las variaciones del poco fiable censo así como la propia inseguridad de la herramienta de voto se atisba en los resultados los problemas de fondo:
No ha trascendido a la sociedad el debate político interno, de hecho la Asamblea Ciudadana no ha añadido nada nuevo sobre el programa de Podemos cuyo líder se tambaleaba en la cuidadosamente preparada entrevista de Ana Pastor.
Han trascendido solo los problemas del proceso interno con numerosas denuncias sobre falta de democracia o abuso en las normas por parte de un arbitro que es también el triunfador del proceso interno.
Las voces críticas, muy activas en Plaza Podemos, donde ha corrido generosamente la savia intelectual de los mejores activistas no han conseguido tampoco avances programáticos por lo menos en los resultados y particularmente en el modelo de organización cuyo Consejo Ciudadano recuerda en sus siglas a Comité Central que en este caso no es agravio sino descripción del monolitismo vertical que recuerda a todas las organizaciones políticas tradicionales.
Aunque si se han dado muchas aportaciones que permitirían construir organizaciones políticas horizontales con garantías para el empoderamiento ciudadano. Ojalá no se pierdan ni documentos ni las experiencias colectivas de su desarrollo.
La sensación de derrota de los sectores provenientes del 15M está llevando a abandonos internos ( Ahora si me rindo: efectivamente, no doy la talla ) aunque sea su filosofía crítica la que nutre los mensajes de los lideres de Podemos y por tanto su triunfo sea en realidad el de quienes se sienten ninguneados.
Otra novedad y un gran avance es la entrada por la puerta grande del voto electrónico que ha permitido participar directamente a miles de personas en un proceso que suele estar reservado a élites.
La participación electrónica se ha hecho con las herramientas disponibles, claramente deficientes e inseguras y una cultura todavía insuficiente al carecer de referentes previos que nos permitan identificar estándares.
Para muestra el dato de que en la votación de documentos, una vez iniciada, se registraron mas de 70.000 personas durante la votación pasando el censo de 132.000 personas a 220.000 aproximadamente un tercio de los potenciales votantes.
El proceso interno de Podemos sigue. Será el Consejo Ciudadano, los elegidos a dedo por P. Iglesias quienes hagan de Equipo Técnico en la formación de órganos autonómicos y municipales, sin duda una ¿autoridad independiente?.
También sigue el proceso ciudadano que hizo un alto electoral en las pasadas elecciones europeas dejando aparcado su proceso de empoderamiento. ¿Cuando lo retomará?.
Esta película ya la hemos visto y no es de recibo que un proyecto que nació con una vocación claramente transformadora sea secuestrado por nadie ni por ninguna supuesta razón ¿¿¿ pragmática ??? como puede ser el ganar unas elecciones, tal y como plantea el amigo Errejon con su “ maquinaria electoral “. Sugiero que haya una organización inmediata de todas aquellas personas que reclaman que Podemos sea absolutamente fiel a su documento fundacional. No debemos dejar que nadie genere otro fracaso en una sociedad con demasiadas carencias como para levantarse de un golpe tan cruel. Por las redes se ve tal derroche de euforia de aquella gente que cree que la realidad a la que nos enfrentamos se puede abordar por unos presuntos líderes intelectualoides, que un fracaso de un proyecto que tiene sus raíces en la lucha en la calle ( 15 M, mareas, marchas y otros ) generaría una situación caótica de descrédito e impotencia entre la ciudadanía, que además aprovecharían convenientemente los dos partidos que viven de la política por servir fielmente al modelo imperante, para meter una puntilla a cualquier posible iniciativa de construir una alternativa. Tendrán que pasar muchos años, generaciones enteras, para que pueda haber un clamor similar a lo que representaba el 15 M, mareas etc. Hay un año hasta las elecciones y hay tiempo para abordar una crítica constructiva al interno apelando a algo poco rebatible, el manifiesto fundacional original de Podemos. Es imprescindible organizarse ya y defender la plasmación práctica de las esencias de una organización que dice viene a transformar la situación de arriba a abajo. Un trabajo colectivo de personas que Sí quieren construir la alternativa, que defienden la coherencia teoría-práctica como paso irrenunciable para conseguir ser transformador, tiene posibilidades de modificar la situación actual, ya que en caso de cerrarse a cualquier tipo de debate pueden ser cuestionados públicamente con datos, hechos ….. y pueden verse muy seriamente afectados en su propósito electoralista. Yo particularmente no estoy en Podemos aunque sigo con atención su desarrollo y he leído algunos documentos. Desde luego si se organiza algo a nivel colectivo con la suficiente fuerza ( reunir a todas las personas que aportan y que han sido marginadas ), estaría dispuesto a colaborar con el objetivo de que Podemos recupere para su práctica ordinaria lo recogido en su documento fundacional. Esta lucha que desgraciadamente habrá que librar, no tiene unos objetos directos, léase » Claro que Podemos » … sino cualquier persona que pretenda , por las razones que fuera, no ser fiel al núcleo fundamental de la alternativa. Aunque me imagino que ya lo conocerás, pero por si no es así, tengo que decirte Jose que el problema del Frente Cívico ( que venía incubándose ) acabó de explotar en la Asamblea Constituyente, donde curiosamente estaba un tal Juan Carlos Monedero. Como ves las situaciones se repiten casi como un calco. No permitamos que nos traicionen “ lo nuestr@s “.
Nota.
He leído tanto el enlace que reflejas en tu comentario como » El desprecio del equipo técnico a las bases de Podemos (self.podemos) «, de Amador Martos García y sin entrar en detalles coincido básicamente con lo expuesto.