Una luchadora en Facebook nos contaba la continuidad de una lucha duradera, generación tras generación, y como se encuentran rupturas en esa herencia colectiva plagada de aprendizajes, fracasos y triunfos que no podemos medir en pequeña escala sino en escala histórica ya que no son fenómenos familiares sino sociales.
La cultura obrera revolucionaria, la que algunos han visto revivir en Gamonal, ha sobrevivido al fracaso político de los partidos que han intentado encarnarla y han sido mas democráticas las prácticas del movimiento social que las de los partidos que actuaron siempre igual que lo vemos hacen hoy.
En la base de la ruptura cultural, aparentemente generacional que nos contaba Karlota, hay elementos objetivos; la cultura social de cambio ya no se transmite en los centros fabriles y las organizaciones sociales sino en el mundo de la comunicación dominado hoy por las redes.
Nuestro ámbito de acción es local, como antes, pero el ámbito de resolución es el mismo que define nuestra capacidad de comunicación, las redes de datos, el idioma, la cultura..
Ha cambiado también el objeto, somos mas universales, la vivienda, el ecosistema, la economía, el sistema político, los derechos humanos.. No son objetivos de clase sino mas universales, afectan a toda la humanidad, por eso usamos expresiones del tipo el 99%. Reaccionamos a lo que ocurre en el mundo con el mismo reflejo que a lo que ocurre aquí, así nos sucedió con la primavera árabe, porque en todas partes el objeto es el mismo, poner en consonancia un mundo altamente socializado pero dirigido por una ínfima minoría…
Nos educan sin embargo en lo contrario a lo que necesitamos, en el valor cercano egoísta, en lo insolidario, competitivos entre nosotros hasta la muerte. De esta forma se combinan fenómenos positivos de cambio con los mas perversos de la herencia política y de nuestra educación. Imposible ponernos de acuerdo, nuestro peor enemigo está dentro.
Antes el acuerdo se generaba por el filtrado que en las organizaciones se generaba mediante procesos colectivos, asambleas, resoluciones que unificaban pensar y acción colectiva, eramos individuo masa. Ahora se genera el pensamiento colectivo por la coincidencia de informaciones de un mismo tema. Nos llegan por miles, las filtramos y analizamos en las redes de forma que, cuando coincide, el resultado en acción responde a una necesidad global, se produce desde distintos orígenes y matices moviéndose en el mismo sentido pero sin homogeneidad respetando la diferencia e independencia que tiene cada ser humano.
Gamonal ha activado nuestra inteligencia colectiva porque, coincidiendo con nuestros valores, han actuado de otra forma. Esto ha enlazado con las conexiones de nuestra inteligencia colectiva y nos ha activado en la red actuando al unísono, siendo distintos, con diferentes culturas, sin organizaciones comunes hemos colaborado para resolver un problema común pues parar esa obra en sus calles no es distinto de parar las nuestras, los desalojos, los despidos o las privatizaciones.
En esta activación colectiva el intercambio de información ha sido vital, recibíamos procesábamos y devolvíamos matizada esta o complementada, de forma que nos hemos unido con Gamonal sintiendo sus detenciones como si fueran nuestras y sus acciones en la calle como si participáramos en ellas.
Hemos ganado en Gamonal. Las consecuencias de esta acción colectiva en la que hemos participado se sentirán en lo inmediato en como respondemos a la situación política, igual que el 15M inundó la sociedad con su forma de entender la crisis y a sus responsables.
En Gamonal hemos actuado tal como necesitamos, igual lo hicimos el 15M. En ambos casos no hemos hecho caso de las tradiciones políticas que heredamos, no han pintado nada los partidos que compiten entre si, no ha pintado nada la educación insolidaria del sistema sino nuestra identificación con los valores de Gamonal.
La jaleada violencia de la que hablaba el gobierno, terrorismo decía la inteligente alcaldesa, ha sido realmente marginal y ridícula frente al despliegue y acción bárbara de las UIPs y eso si, sometida a la decisión colectiva sin salirse de algo tan humano como el derecho a la defensa de la integridad física ¿acaso no es un derecho fundamental?.
Es sintomático que en el hilo donde leía a Karlota a alguien se le haya ocurrido plantar el link de la campaña de Partido X, una reacción muy propia de la cultura política que debemos cambiar, aprovechar lo colectivo para un beneficio privado sin mejorar en nada lo colectivo. La misma reacción que en la propuesta del 14D donde pretendíamos responder a lo común y se haya desprestigiado por la torpeza de una organización que ha actuado en secreto tomando decisiones por su cuenta que afectaban a tod@s.
Tenemos los valores que nos unen, tenemos la voluntad social de resolver la democracia haciéndola auténtica, pero no tenemos organizaciones adecuadas, independientes de ideologías, transversales; y sobre todo no tenemos herramientas para la democracia participativa que faciliten estas conexiones automáticas entre nuestras acciones y nuestro pensamiento colectivo. Unas conexiones que mejoradas nos evitarían tiempo de espera, de sufrimiento, tiempo de zozobra por no saber que hacer porque aquell@s otr@s a quienes necesitamos «no están conectados».
Necesitamos una nueva cultura política universal, solidaria, sostenible, pero de escala humana. En el tránsito entre la resistencia de antes y la de ahora hay un bache por salvar, no lo pasaremos ignorándolo.
O abordamos colectivamente el desarrollo de estas herramientas y acuerdos políticos globales o nos hundiremos en el caos al que nos llevan quienes tienen el poder y de eso la responsabilidad no será solo de ellos, sino también nuestra por no ser capaces de cambiar insistiendo en hacer las cosas «como se hicieron siempre».
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