La voluntad de sindicatos y gobierno era pactar la jornada de la Huelga General para que estos tuvieran su dia de protesta y aquel un interlocutor al dia siguiente con quien negociar el recorte de las pensiones. Les mueve el que en un dia «raro» nada escape de los cauces cotidianos y todo se pueda reconducir a las mesas de negociación, como viene siendo habitual.
El PP, que no ha apoyado al gobierno en el tramite parlamentario, ha visto sin embargo la posibilidad de desgastarle y debilitar a los sindicatos forzando mayores servicios mínimos en las comunidades autónomas de los que gobierno y sindicatos han acordado (ver El Pais).
Si la huelga podía ser una huelga «ligth», como fue la huelga de funcionarios, el PP está ayudando a calentar el ambiente y por tanto está contribuyendo a la posibilidad de descontrol en el momento de la huelga.
¿Qué puede descontrolarlo? Entramos en el campo de las hipótesis, en el terreno donde pequeñas cosas pueden tener consecuencias insospechadas, donde grupos sociales que no tienen la incidencia política y social suficiente para decidir el curso de los acontecimientos pueden tener su momento. Y estos existen.
Parafraseando la película «Los Otros» nuestra sociedad tiene sus «otros» los que no cita la prensa, los que no tienen parlamentarios, los que tienen mas valores que seguidores, los que tienen más voluntad que resultados. «Los Otros» existen y tienen objetivos diferentes a los de los sindicatos . (Les reconozco y aprecio por su tesón y limpieza de intenciones, aunque parezcan a veces peones de la burocracia sindical)
Son los protagonistas de «Otro mundo es posible«, el Movimiento Antiglobalización, los movimientos sociales alternativos, han sido la base inicial de mas de una ONG y suelen darlo todo de si mismos sin esperar nada a cambio. Hoy 25 de septiembre celebran su momento de Apoyo a la huelga General en CSA Tabacalera a las 19 h
Esperanza Aguirre hace siempre lo que puede contra los humildes, contra la mayoría social, para beneficiar a la ninoria que defiende abiertamente y de la que procede. No ha querido acordar servicios mínimos con los sindicatos, quiere hacer una prueba de fuerza; seguramente no cuenta con «Los otros». Craso error.
Si va a contribuir a que el acuerdo de rechazo social controlado entre sindicatos y gobiernos se «desmadre» conseguirá que quienes ibamos a ser «muñecos de las circunstancias» nos convirtamos en actores de nuestra historia, por lo menos el 29 S, y con ello quizas el «dia siguiente» no esté tan planificado como desean Gobierno y sindicatos.