Hacia una crisis global

Una semana de fuertes turbulencias financieras ha terminado por sacar a la luz lo que muchos analistas venían anticipando, la posibilidad de que la principal economía del mundo, EE.UU., entre en recesión.

Han sido dias agitados con fuertes caidas en todas las bolsas mundiales y finalmente una aparente recuperación tras la bajada espectacular de tipos de interés por la Fed.

Coincidiendo con el Foro de Davos desde Condolenza Rice a Jean-Claude Trichet hasta Zapatero, intentan enviar mensajes de tranquilidad a los mercados. Sin embargo mas allá de beneficios obtenidos rápidamente de las caidas de algunos valores, es dificil creer que una medida que contribuye al alza de la inflacción, con la mayor inflacción en los últimos 17 años, vaya a detener la tendencia hacia una situación de crisis.

Tras la gira «pacifista» de Bush, que ha animado a Israel a bloquear y bombadear Gaza, ha ordenado acelerar las exportaciones de armas en un intento por realizar contratos que aporten liquidez a una economía lastrada por el complejo militar.

Ha preparado, de común acuerdo con los demócratas, un conjunto de medidas fiscales orientadas a recuperar la capacidad de compra de los consumidores norteamericanos a quienes persigue el paro, la inflaccion y la reciente crisis hipotecaria, convirtiendoles en víctimas del hambre y la falta de vivienda que se están intensificando en las ciudades de EE.UU.

La rebaja de los tipos de interés tampoco aportará capital a la industria productiva. la mayoría de los nuevos créditos serán absorbidos en su totalidad por un sistema financiero lleno de los agujeros de la burbuja inmobiliaria. Créditos concedidos sobre valores inflados desinchándose aceleradamente e incrementando los riesgos de insolvencia de millones de hipotecas de alto riesgo (subprimes). El sistema financiero mundial puede colapsar generando quiebras en cadena en la banca mundial.

El dolar débil, producto de los créditos fáciles, ha contribuido a mantener el flujo de capitales hacia la economía norteamericana; pero combinado con alzas de hasta el 37% en los precios de la energía y la sombras que se ciernen sobre el sistema financiero han creado verdaderos problemas en la OPEP, la Unión Europea y Japón hasta el punto de surgir no solo dudas sobre el papel de referencia del dolar, sino planes concretos para sustituirlo en los mercados mundiales.

Nadie tiene certeza sobre lo que puede ocurrir, la solidez de las estructuras productivas no es nada ante una crisis que se presenta fundamentalmente en el terreno financiero y monetario. De estallar algunos analistas esperan se pueda detener en corto plazo por la flexibilidad extrema que se ha alcanzado en el sistema productivo, atomizado y disperso por el mundo. Supuestamente cierres y despidos masivos en estas condiciones serían muy rápidos permitiendo una rápida recomposición.

La subida acelerada de los precios de las materias primas la energía y fundamentalmente de los alimentos tendrán graves consecuencias en un escenario de crisis económica donde la vivienda se convertirá en totalmente inaccesible y en muchos casos se pierda. Sumado a la inflacción y los despidos es difícil creer que una crisis así pase desapercibida sin ninguna repercusión social.

La derecha en los países capitalistas mas avanzados tiende a escorarse hacia soluciones fascistoides que no pretenden cambiar el sistema institucional sino atacar los derechos civiles, a las minorías sociales y los emigrantes.

Leyendo entre la abundante literatura que la inminente crisis está generando me encontré una afirmación tradicional en las filas de la izquierda, aquella de que cuando las cosas empeoran aumenta la lucha:

Una sola cosa está fuera de duda: después de un boom económico en el que las
condiciones de los trabajadores europeos y norteamericanos han retrocedido objetivamente
tras años de duros sacrificios, recortes salariales y pérdida de derechos, una nueva vuelta de
tuerca puede provocar una explosión de la lucha de clases.

Puede ser que si o puede ser que no, en cualquier caso no será como en décadas pasadas en las que fue el movimiento obrero el eje de las resistencias. Las reconversiones, deslocalizaciones, etc…. la precarización de los mercados de trabajo y la fragmentación de procesos productivos en múltiples empresas y su disgregación por el mundo han eliminado las bases materiales que junto a los fundamentos ideológico – históricos permitieron organizarse al movimiento obrero.

Esta por ver si otra formas de resistencia nacerán en los tiempos que se avecinan.

Pd./
No he encontrado textos totalmente convincentes, por esto cito abajo un conjunto
de artículos en la red cuya lectura me ayudó a crear este post.