«Kosovo divide la comunidad mundial y es un nuevo foco de tensión en Balcanes»
El titular de Terra, y su contenido resume el nuevo temblor en la estructura de estados y el equilibrio de fuerzas que a través de ellos gobiernan el mundo.
Tras la declaración de independencia se ha manifestado la división en los organismos internacionales de forma que los reconocimientos y rechazos han impedido un pronunciamiento tanto de la ONU como de la Unión Europea. Mientras los ciudadanos kosovares celebraban la declaración intervenían por primera vez las tropas de la ONU contra ciudadanos serbios que habían incendiado un puesto fronterizo
Habia leido antes el la opinión de Carlos Taibo en Altersocialismo, para él «ni siquiera quienes defienden el principio de libre determinación –entre ellos me cuento– tienen con qué sentirse satisfechos«. La verdad es que tampoco yo, no solo por el resultado y vericuentos por donde discurrirán los acontecimientos en adelante, sino también por las alternativas que no han surgido, por las ausencias.
Muchos estados rechazan la independencia porque abrirá la ‘caja de Pandora’ de las aspiraciones independentistas de muchas otras regiones a lo largo del mundo, en el corazón de algunas potencias y en los Balcanes mismos. No faltan las acusaciones sobre una independencia modelada para ser utilizada por EE.UU en la zona con formato militar, oleoducto o presión zonal.
Entre las poblaciones afectadas la aceptación o el rechazo están vinculadas con la esencia del estado como aparato de gobierno de los intereses de una parte de la población. Los serbios porque su identidad histórica y cultural forjada en la lucha contra la ocupación turca tuvo su centro de referencia precisamente en Kosovo; los kosovares porque el estado serbio no solo no les defendió sino que les persiguió anulando su identidad cultural mediante acciones militares genocidas. Croatas, eslovenos y macedonios porque la independencia de Kosovo hará irreversible la independencia que consiguieron con la desintegración de Yugoslavia.
Y así si proseguimos cada ficha del dominó de estados en el mundo se tambaleará al ponerse en cuestión la identidad o el sometimiento de pueblos y culturas.
Para quienes defienden esta forma de organización del mundo decidir si apoyan o rechazan solo tiene que ver con si se cuestiona o refuerza su posición con respecto al actual equilibrio de estados que no es sino la forma organizada y de fuerza del dominio de partes de la población en cada uno de los paises respectivos.
Para quienes creemos que cada pueblo tiene todo el derecho a decidir como se organizan y defienden sus intereses o sus relaciones con otros pueblos el problema es si seguimos usando el estado, esa maquinaria ancestral, como alternativa de liberación. Y yo creo que hay que abandonarla por completo.
Para convencer a la minoría serbia en Kosovo de que la organización cultural, económica, social de los albano-kosovares no perjudicará su identidad o su organización cultural, económica, social pudiendo desarrollarse ambas sin infringir afrentas ni intervenciones ajenas. Para esto la organización de la sociedad y sus organismos políticos deben integrar a toda la sociedad y no alguna de sus partes y por tanto hay que descartar a los estados como alternativas.
¿Como construir organizaciones sociales dispersas por los balcanes siguiendo mapas étnicos?. Quizas tengamos que rescatar del saco de la historia y la utopía la desaparición de las fronteras, la disolución de los ejércitos y la organización horizontal según criterios de afinidad u otro, de la población misma.
No me vale la etiqueta de «utopico» para devolver estas ideas al saco del olvido. Podemos hacer aquello que nos propongamos siempre que lo permita la naturaleza no humana porque la humana ya sabemos que es 100% mutable en sus formas sociales. Tampoco me vale aceptar ni el curso de la historia ni los mecanismos genocidas o represivos con los que se amoldan a las poblaciones guste o no el actual estatus mundial.