Internet ha tenido un impacto crucial en la historia de la Humanidad. Buscando atrás eventos que nos hayan producido cambios de la misma envergadura, tengo que pensar en cosas como el descubrimiento del fuego, la creación de la letra escrita, el desarrollo de la agricultura, o las invenciones patrias a base de ponerle palos a otras cosas fregona, futbolín, chupachús… Tras la expansión de Internet, el hombre es más libre, tiene un mayor acceso al conocimiento, y los límites de la cultura y la comunicación se han difuminado.Por supuesto, siempre hay organismos que se ven perjudicados por la mayor libertad de los ciudadanos, por la ruptura de barreras a la información y expresión, o porque cualquier ex-amigo de juventud puede contar al mundo que antes de ser político te bebías hasta el agua de los floreros. Internet está en su momento más crítico, con demasiada gente queriendo ponerle vallas.Por desgracia no podemos hablar en términos de “conspiranoia”: los ataques contra la red tal y como la conocemos ya se muestran a la luz del día, aunque a menudo se disfracen como “protección de derechos”. Hay demasiados frentes abiertos: imposiciones desde Estados Unidos, presiones en la Comunidad Europea, legislaciones nacionales que imponen censura, intentos de sacar tajada de Google por directivos y políticos analfabetos digitales…Es importante conocer la naturaleza de estos ataques contra Internet tal y como la conocemos. Sobre todo porque a veces la prensa no especializada confunde términos, o se limita a leer los comunicados de prensa de las entidades que están detrás de los ataques, como papagayos.
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