Repoblar los pueblos cooperando en comunidades de economía social para salir de la crisis

Estamos atravesando una dura crisis en la que el empleo tradicional se degrada o desaparece mientras las zonas rurales siguen semiabandonadas, con poca población, casas vacías y tierras sin cultivar.
El regreso al campo donde con pocos recursos es mas fácil vivir, y podría ser una alternativa, no se está produciendo aún cuando nuestro actual desarrollo económico ya no exige, «sine quanon«, concentraciones urbanas o industriales.

comunidadsostenibleQuien reflexione sobre esta posibilidad se encuentra ante muchas incógnitas que no son de fácil solución:

1) ¿Donde ir si no conserva vínculos o propiedades familiares en los que apoyarse para dar el paso?.
2) ¿Como empezar allí si desconoce como cultivar la tierra, si no puede conseguir herramientas o maquinaria?
3) ¿Como arriesgarse a volver a un medio rural en el que estará peor comunicado o puede encontrarse incluso sin los servicios básicos, agua o luz, si se trata de un pueblo abandonado.
4) ¿Puede la vida en el campo garantizar unas mínimas condiciones de vida para alguien que no sea un geek de la supervivencia ecológica?

Buscando la respuesta a cada una de ellas podemos encontrar las vías de solución y hasta una formula que facilite el regreso al campo a cualquier persona.

1) Somos un país con enormes áreas rurales casi vacías, pueblos abandonados en los que recibirían con los brazos abiertos a nuevos pobladores. El problema es tener la información necesaria para ir a lo seguro sin malgastar los pequeños ahorros o el margen que quede hasta fin de mes. Pequeños grupos se han organizado alrededor de un pueblo donde se tenía la información de las casas y el placet de las autoridades locales de referencia para reasentar en ellos una comunidad humana nueva. La mayoría de estos casos los conocemos como «Ecoaldeas«, hay también poblados recuperados para organizaciones sindicales que los han convertido en su centro de actividades.

Lo que hay que resolver es el acceso a la información, quien sabe donde están estos sitios y con quien hay que hablar, recopilarlo y disponer la información en una base de datos que nos ayudará a planificar los reasentamientos sin grandes costes para los interesados cuando no gratis.

Si dispongo esta información en un sitio web es fácil agrupar personas individuales o familias hasta conseguir un grupo suficiente por número y capacidades de trabajo para plantearse crear una colonia nueva.
La razón de actuar por colonias y no por casas libres es que podemos resolver las dificultades de inicio de forma colectiva sin vernos obligados a la simple reintegración individual y aislada a la actual vida cotidiana de cualquier entorno rural, algo mucho mas duro de afrontar pues no garantiza la colaboración en el reasentamiento.

Por colonias podemos entender tanto un pueblo completo vacio como un asentamiento disperso en una comarca con varios pueblos pero actuando desde el principio como comunidad con trabajos colaborativos de forma que el incio se haga como colectivo coordinado intercomunicado. Algunos pueblos salvarán su colegio al pié del cierre y se darán otras interacciones entre la nueva comunidad y las formas clasicas de vida rural que mejorarán la experiencia y la forma de vida del conjunto rural ya que no se trata de crear ni guetos ni comunidades enfrentadas.

2)Es necesario ayuda para empezar, es insoslayable, tanto para aprender como para las primeras tareas que en muchos casos pasan por un desbroce y primer arado que requiere de maquinaria y/o herramientas manuales que no tenemos o reparaciones de urgencia en las casas para goteras o fugas del calor por cierres en mal estado. Las tareas en las casas y en la tierra se resolverán mucho mejor en grupo si la cuestión de la vivienda se aborda en grupo, por ejemplo compartir los mejores techos al principio mientras se restauran otras casas, establecer un plan colectivo de restauración que nos permita reciclar materiales de unas casas en otras y aprovechar los conocimientos profesionales del grupo.

Todos los grupos deberían tener por lo menos un albañil, un electricista, un carpintero, un experto en agricultura ecológica y contratar colectivamente un tractor que hiciera las tareas de inicio en todos los campos. Las herramientas de mano se pueden comprar en grupo y usarlas así hasta que se puedan conseguir mas. Algo muy importante a evaluar es la unificación de fincas si no hay impedimentos legales y conseguir animales de labor con los que se puede mantener la tierra tras el primer gran trabajo, no gastan gasoil y abonan los campos.

3) Si necesitamos recursos de infraestructura como agua o electricidad y comunicaciones es posible que la nueva comunidad precise también de otros expertos técnicos, fontanería, instalación de un campo solar, molinos generadores y acumuladores de energía (las famosas baterías de Tesla o similares, acceso a internet con tecnologías inalámbricas móviles o fijas (hoy podemos alcanzar entre 20 y 50 km si hay visibilidad entre torres de comunicaciones.

La puesta en común de los recursos de partida facilitará mucho el inicio e incluso conseguir ayudas de banca ética.

Para facilitar el incio es posible estudiar los costes y necesidades cubiertas por comunidades que ya están funcionando y así planificar el tiempo de inicio y puesta en marcha de cualquier comunidad de forma que cuando lleguen a su destino sepan lo que van a hacer al día siguiente y vayan con ellos los expertos y medios iniciales que van a necesitar.

4) Para el regreso al campo contamos con una sociedad y desarrollo tecnológico (conocimiento y comunicaciones) que no teníamos hace 50 años cuando se hizo la gran emigración a las urbes en nuestro país. Entonces a nadie se le ocurriría crear un alojamiento rural. Hoy podemos tener en el campo una calidad de vida mucho mayor que en una ciudad por un coste sensiblemente menor además de hábitos y alimentación mucho mas sanos. Garantizadas las comunicaciones y los servicios básicos un vehículo comunitario nos ayudará a conseguir los elementos complementarios que no podamos conseguir en nuestra propia tierra o por intercambios cercanos.

Si en el diseño de nuestra nueva comunidad introducimos una moneda social propia o comarcal será mucho menos necesario el «dinero oficial», precisando solo pequeñas cantidades para la compra de esta franja marginal de productos que con el tiempo podremos sustituir en la medida que se desarrollen estas pequeñas comunidades y sus primeros trabajos artesanales o de pequeña industria rural.

Se puede sistematizar este procedimiento para hacerlo asequible a un gran número de personas porque hoy día hay muchos de los técnicos que precisamos que ellos mismos carecen de trabajo o quieren cambiar de vida. Los técnicos pueden salir de una organización de bien común que se dedique a crear estas comunidades, que recopile la información y haga el trabajo de planificación, negociación con banca ética y reúna a los interesados fijando de común acuerdo con ellos el plan de inicio.

La organización de bien común que se dedique a ello cobrará por sus servicios o bien integrándose ella misma en las comunidades que ayude a crear o con productos, servicios o la propia moneda social de las comunidades aunque al principio use dinero oficial en otras condiciones a las habituales de la banca o con aportaciones anticipadas del paro de los interesados.

Esta visión global del proceso en lo que afecta a las personas interesadas o a la organización de bien común de la que hablamos se puede estudiar en detalle en cuanto existan los primeros interesados que creo deben ser los que vayan a componer los equipos técnicos de inicio y hagan el sitio web de referencia para el contacto y base de datos de casas, pueblos y tierras. Requiere de unos valores de bien común de partida sin los que sería imposible la colaboración en un proyecto así: economía social, colaboración, bien común, etc

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