Hace pocos dias hemos visto en las calles de Madrid una enorme manifestación de rechazo a los planes de recorte en recursos sanitarios, cierre de hospitales y entrega a gestores privados.
Salvo los gestores agradecidos, … y siempre dispuestos a poner la alfombra a quien mande, pudimos ver a ciudadanos y sanitarios unidos en una misma causa, la defensa de la sanidad pública y el derecho de todos a ser atendidos y tratad@s adecuadamente según nuestro estado de salud.
¿Como es posible que solo se beneficien de la sanidad esos estómagos agradecidos y los futuros gestores privados que nunca hicieron nada por el sistema de salud?. Algo de grandes dimensiones está fallando.
Me ha gustado mucho la noticia sobre el transporte urbano por autobús en Zaragoza, Tuzsa que presta un servicio público. Tuzsa es una empresa privada que pertenece a una multinacional inglesa.
Los trabajadores ya se han dado cuenta de que «la empresa privada no tiene alternativa a la situación que estamos viviendo» y se han organizado para crear una alternativa. Crearán una cooperativa para concurrir al concurso de la nueva contrata de autobús.
Una idea similar he propuesto para Renfe Operadora amenazada de privatización y prestando un servicio público.
En ambos casos el interés para los usuarios que financian el transporte tanto con sus impuestos como con sus propios billetes es la posibilidad de acordar directamente con quien presta el servicio los detalles de su prestación.
¿No nos gustaría tener la posibilidad de tratar directamente con los sanitarios de nuestro centro de salud o del centro de especializada algunos aspectos de la atención sanitaria que se nos presta?
Seguramente muchos de los despilfarros desaparecerían y muchos de los contratos innecesarios o hechos para beneficiar a terceros no tendrian posibilidad de llegar si quiera a plantearse.
El «nicho de negocio» con el que quieren quedarse los amigos del PP, el que supone la contratación, los ajustes y recortes del servicio con el mismo presupuesto, o incluso generando costes unitarios superiores, no serían posibles.
Tendriamos para un mismo coste una mejor atención sanitaria, incluso la posiblidad de bajar el coste de común acuerdo entre sanitarios y ciudadanos.
No podemos permitir que la sanidad sea solo una excusa para el beneficio de unos pocos a costa de nuestra salud y siendo nosotr@s mismos los que seguiríamos pagando.
¿No quieren cambiar la gestión?… la cambiamos con una Cooperativa Sanitaria que integre en su funcionamiento un Consejo Ciudadano en cada centro. Un consejo compuesto y elegido por los propios pacientes.
Es interesante echarle un ojo al Proyecto de Cooperativa para Tuzsa
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No siendo mala la idea de la cooperativa de sanitarios con control ciudadano (desde luego mucho mejor que la gestión de cualquier burócrata, público o privado, sin idea aproximada de lo que es curar a un ciudadano-haber estudiado medicina no lo hace a uno medico, igual que haber estudiado magisterio no te hace maestro), creo que hay que mantener en la cabeza que no es necesario un cambio de gestión en la sanidad publica, sino un cambio de gestores. Por lo pronto, me conformaría con que se nos escuchar a los profesionales dentro de los organos de gestión. Con que los cargos (desde jefe de servicio hacia arriba) fueran cargos por oposición (o sea, libres del yugo de caerle bien al director medico/gerente) y no cargos «a dedo» (tambien llamados «de confianza»). Me conformaría con que los controles sobre los servicios que se conciertan con la privada -algunos imprescindibles- fueran estrictos (en cuanto al rendimiento del dinero gastado en ellos y en cuanto a la calidad de la atención prestada) Me conformaría con que se primara a los profesionales que no publican tanto y que trabajan mucho con la gente, a aquellos que estiman que es mas útil, tanto en gasto sanitario como para el paciente, no hacer pruebas sin necesidad, reducir el ingreso al necesario y no extenderlo inutilmente (cada dia de ingreso es un pastón, cada prueba que se solicita sin reflexión, es otro paston y no se evalua esto a la hora de repartir la productividad). Y sobra, sin embargo, que se premie por recetar genericos (los genericos no los venden ONG-vease Dorribo y caso campeón-, sino farmaceuticas como las otras, que compran medicamentos en paises donde los controles son menores ¿a que tanta protección oficial del generico si ya no se justifica por los precios?¿quien se lucra con esto?).O sea, en este momento un profesional puede atender al doble de pacientes que otro, con menos complicaciones, ingresos mas breves y como no haya recetado el porcentaje de genéricos que la consejería de salud ha considerado que «debe» recetar, no cobra la productividad. Hay mucho, muchísimo en lo que hacer cambios dentro de una sanidad publica, gestionada publicamente, antes de cambiar el tipo de gestión.
Hola Sole 🙂 Muchas gracias por tu comentario.
Tienes razón en que se puede mejorar el actual modelo sanitario, que los gestores no deberían cambiar con las elecciones y que es posible reducir gastos y mejorar la eficiencia.
Sin embargo lo que no contempla el actual modelo de gestión es la intervención de los ciudadanos y de los propios trabajadores de la salud.
Si profesionalizamos el actual modelo y lo modificamos para garantizar la intervención con derechos regulados y aplicables para estos actores probablemente obtendremos algo parecido sin necesidad de crear ninguna entidad adicional como sería la cooperativa.
Lo que aporta la cooperativa y no aporta el actual modelo de gestión es la responsabilidad de los profesionales en los resultados de los centros sanitarios, y me refiero a los resultados «en salud», no en beneficios.
Una población mas sana, con mejores hábitos de consumo y menos vicio «pastillero» también reduce gastos aunque para ello sea mas importante cambiar hábitos de vida que visitas al centro de salud.
La razón de la propuesta es que «ellos» quieren cambiar el modelo de gestión para introducir a sus amigos por ejemplo de . Si pudiéramos intervenir en el sistema de decisión política tendríamos la opción de reformar el actual modelo, pero no la tenemos, el sistema «democrático» no deja intervenir al pueblo.
Si ellos cambian el modelo no debemos permanecer sin alternativa y en ese modelo no podrían impedir la adjudicación a la cooperativa si esta conlleva la participación del 100% de los actuales trabajadores y el 100% de los ciudadanos.
Vale… pero a «ellos» los vamos a poner de patitas en la calle ¿no? :D… ya se, ya se, que a la espera de que esto suceda algo habrá que hacer.
Mira, los marcadores de salud, hasta la fecha, no he conocido a ningun gestor que le importen lo mas mímino, y por ahí empieza el problema. Los profesionales si están, te lo aseguro, muy responsabilizados con este tema en general y si saben lo que es importante de verdad. Y si en este pais se han llevado a cabo verdaderos avances en la prevención y tratamiento de algunas enfermedades, ha sido a costa de que muchos, muchos médicos han trabajado mucho mas allá del estricto cumplimiento de su deber, …. y gratis. No me voy a extender con casos concretos, pero «tengo pruebas». El problema es que el hecho de que alguien muera 10 años más tarde, o que se evite un tratamiento de quimioterapia por un diagnóstico temprano, no se computa como beneficio.
Las cooperativas me parecen una forma de gestión que hay que privilegiar en todos los ámbitos. Si tiene que haber sanidad privada, que sea en régimen de cooperativa con los propios profesionales y pacientes como socios y gestores, sería un lujo.
Pero (y a pesar de que yo ahora ejerzo en la privada) hay que mantener una sanidad pública con criterios de inversión (en salud) y no de gasto sanitario. Al igual que están muy bien las cooperativas de enseñanza con los profes como socios, pero no hay que permitir que nos hagan creer ni por un instante que es preciso («imprescindible, creanme» que dice don mariano) prescindir de la enseñanza publica. Yo me niego (tambien es verdad que ni vivo ni ejerzo en Madrid donde de facto ya está privatizada y entonces me es más fácil creer que me van a dejar negarme ;))
Si , antes o después los echaremos 🙂
Creo que no debemos asociar cooperativa y medicina privada. En caso de seguir «ellos» con su proyecto de gestión privada la cooperativa sería en el mismo ámbito de la gestión. No se trata de construir mas centros de atención primaria, mas hospitales, ni comprar mas TACs o ecógrafos, salvo que hagan falta, sino gestionar mejor lo que hay en el mismo ámbito de lo público.
¿Acaso este modelo no podría mantenerse o crecer como público?. Creo que si y con mejor planificación ya que los usuarios empezaríamos a «comparar cuanto pago al mes con la calidad sanitaria y asistencial que recibo» y en esa relación con los sanitarios podríamos evaluar con ellos el destino de nuevas inversiones y los objetivos en mejora del índice de salud a conseguir con ellos.
Estoy convencido de que a medio plazo, por mejora del índice de salud, conseguiría una baja de costes que se podría repercutir en los ciudadanos descontándoles menos de lo que hoy se descuenta y sin tocar los ingresos de los trabajadores o mejorándolos.
Por supuesto que el sistema público tiene margen para crecer y mejorar. No estoy tan segura en cuanto a la reducción de costes: cualquier sistema sanitario, publico o privado, tiende a su propio «colapso»: no existe forma humana de acabar con la demanda (Hitler lo intentó con el programa action T4 y fue la unica vez que tuvo que recular aparentemente, por la presión de la ciudadanía, no son formas :)), porque continuamente aparecen mejores tratamientos, diferentes (por ejemplo con menos riesgos o menos efectos adversos) tanto medicos como quirúrgicos, lo que hasta hace 3 años no tenía tratamiento ahora se opera y dentro de 2 años se opera con una técnica mucho más conservadora (menos agresiva) … y mucho más cara, luego se ahorra en estancia media y en UCI, pero estoy es más dificil de traducir. Y tratamientos que no se hacían a ancianos, ahora ya no se para nadie a mirar la edad (y así debe seguir siendo en general), y enfermedades que no se diagnosticaban o se hacía tarde….. en fin… que lo de la reducción de costes no lo veo pero que tampoco creo que ni en sanidad ni en educación la reducción de costes deba ser un objetivo. Quiero decir que mientras que los costes son económicos (equipamiento, personal) los beneficios son en mucha medida bienes «intangibles»… como en educación.
En cuanto a la cooperativa creo que la confusión viene porque en mi cabeza limitada «cooperativa»=»empresa»=» inversión». No se como llamaría yo a un comité gestor como el que tu propones, que no invierte en el recurso pero si lo gestiona con criterios de eficacia y no económicos. Porque si se crea una empresa (y una cooperativa lo es, igual que lo será la de los trabajadores de Tusza) la gestión será necesariamente privada, y volveremos a hablar de beneficios económicos, puesto que alguien estará poniendo dinero y querrá recuperarlo. Y los beneficios en sanidad dificilmente van a ser económicos (serán, como dije antes, «intangibles» en buena medida) salvo que se gestione con criterios de sanidad privada. Lo siento… pero soy pesimista en ese sentido. Es posible que en transporte (bus, tren…), se produzcan beneficios «contables». En educación y sanidad, no.
Efectivamente empresa nos trae a la cabeza la idea de «beneficios». Afortunadamente el mundo empresarial mas innovador maneja cada vez con mas soltura el concepto que tu usas «intangibles» porque cada vez pesa mas el capital intelectual y menos el capital dinerario. Los ingresos «intangibles» no son por tanto despreciables.
El beneficio social es un intangible, por lo menos en sus mediciones abstractas. Si descendemos a nivel de paciente los «intangibles» son tan concretos que podemos prescindir del termino intangible y hasta de «beneficio social».
Teniendo en cuenta que quien financia la sanidad es el paciente/ciudadano esa relación de «beneficio intangible» ya existe hoy y en ella media una relación contractual en la que se paga el trabajo con salarios.
Nada de esto cambiaría, por lo menos a corto plazo. ¿Porqué los pacientes/ciudadanos van a pedir un porcentaje de beneficios monetarios?. Carece de sentido. Percibirían lo mismo que ahora pero pudiendo evaluar monetariamente su beneficio intangible, palpando cuanto le cuesta mantener su indice de salud y en que se gasta no por beneficios al estilo capitalista sino por eficiencia del gasto.
Esto no tiene nada que ver con la «compra de salud» que es la idea que quieren meternos en la cabeza con la privatización, sino mas bien beneficio de 360º, «yo mantengo o mejoro mi indice de salud a este coste y por ello mantengo o mejoro los ingresos salariales de los cooperativistas. Sobre beneficio 360º
No tiene sentido en Sanidad buscar beneficios contables, estoy totalmente de acuerdo contigo, pero por ello no debemos tampoco considerarlo «gasto», hay beneficio tanto para pacientes como para sanitarios pero este beneficio es de nuevo tipo.
Pues estamos de acuerdo en todo (me he leído el artículo beneficio 360º) menos en el tipo de órgano gestor. Yo preferiría que se encuadrara dentro del propio sistema una especie de comité mixto sanitarios/pacientes (y preferiblemente nombrado por sorteo o rotatorio entre todo el personal y ciudadanía asignada al centro), que además de emitir informes periodicos tuviera que ser de consulta obligatoria en determinados temas y con «mandato imperativo» (o sea, de obligada consulta y obligado cumplimiento de sus recomendaciones). Los profesionales no se beneficiarían solo en caso de mejorar sus ingresos, fundamentalmente y como dices en el otro artículo se beneficiarían de una sanidad fortalecida y creciente (o sea, asegurarían sus puestos y la calidad de su trabajo), avalada por una ciudadanía consciente del beneficio que le reporta y del coste que tiene. Y no veas la diferencia de tratar a un paciente que sabe lo que hay y tiene espíritu crítico y demanda información a tratar a un paciente que va a que le den unas pastillas (y si tu crees que no las necesita, menudo disgusto).
Por lo demás… amén.
Un saludo.