Hugo Chavez y las deficiencias conceptuales de la izquierda

Cuando queda muy poco para el referendo constitucional que legitimaría la perpetuación de Chavez en el poder está ya muy claro que aunque lo gane quedará un tremendo orificio de legitimidad del poder ante una parte importantísima de la sociedad venezolana. La manifestación de ayer, las encuestas y que la punta de lanza de la oposición hayan sido los estudiantes, confirman que el «camino al socialismo del siglo XXI» huele a rancio y viejo modelo derrotado ya por la historia.

La perpetuación de Chavez parece reproducir el modelo de «socialismo de estado» burocratizado en el que es la iniciativa de las instituciones, y no la de la población, los que marcan la impronta de cualquier cambio social y el sentido de la conservación del poder.

Lamentablemente, otra vez, silencio en la izquierda radical. Se reproducen de nuevo el dualismo en la elección de campos: o con el imperialismo o con el estatismo bonapartista de izquierda de Chavez.

Es una elección sencilla de quien deja hacer y se compromete pasivamente porque no tiene nada nuevo que proponer, porque carece de modelo alternativo y cede a las pretensiones de quien monopoliza las instituciones porque supuestamente le irá mejor a la población que si triunfa su oponente.

Desgraciadamente la supresión de oposiciones no es un proceso que se inicie desde el poder para garantizar el progreso de la población explotada sino para perpetuar su situación en el poder y por tanto es un proceso que no tiene identidad de clase, sino identidad corporativa, de quien monopoliza el poder.

Si Chavez gana el referendum ese proceso no se detendrá y proseguirá con cualquier elemento que considere una amenaza, incluidos aquellos que hoy callan y apoyan guardándose el discurso democratista y participativo para otro momento. Se fortalecerá la iniciativa estatista y con ella se debilitará la iniciativa social que es la única garantía de cambio progresista en la sociedad.

Si miramos la situación desde el lado de los pobres y explotados que apoyan a Chavez el problema es el mismo, solo que con un matiz muy importante, su conciencia política.

Si apoyaron a Chavez fue porque la creciente pobreza en la sociedad carecía de alternativas políticas en el único modelo político que conocían, el democrático institucional de la sociedad capitalista; y carecían también de alternativas en las que emplear su fuerza social por carecer de proyecto político propio.

Chavez ha crecido entre estas dos fuerzas, la fuerza de la reacción y la desorientación política de la mayoría social que exigía un cambio.

La izquierda alternativa no ha hecho nada por construir un modelo diferente al socialismo autoritario, mas bien ha soportado las suciedades que de allí llegaban como si no existieran. No ha hecho nada por dotar a los explotados de una conciencia autogestionaria y democratista.

Han dejado que la organización sindical sea cosa de la burocracia de los sindicatos, que la organización y conciencia política sea cosa de los partidos y que el poder sea cosa de las instituciones y no del pueblo.

La derecha reaccionaria no es una alternativa para el pueblo, pero se fortalece como si lo fuera gracias a la ausencia de una alternativa de cambio social autogestionaria y democratista del propio pueblo y la presencia de un poder burocrático que se autodenomina «socialismo del siglo XXI», y no es sino un reflejo tardío del mal llamado Socialismo Real de los ex paises del este o Cuba.