Me sorprendió la pasada noche en el esperado debate de «Tengo una pregunta para vd» la fluidez de Zapatero en las respuestas a los ciudadanos que fueron invitados al debate.
Se defendió bien ante las preguntas mas comprometidas y no se dejó enredar en ninguna de las cuestiones.
Me llamó la atención la repetición de algunas expresiones aprendidas para el debate como «esa es mi primera preocupación» con la que empezó muchas de las respuestas. Me sorprendió que se hicieran referencias a temas de la campaña electoral como el asunto del pleno empleo y no a los mas que evidentes errores de análisis de la situación económica hechos por Solves o a las frecuentes meteduras de pata de Magdalena Álvarez.
También me sorprendió que no hubiera respuesta alguna a la otra coletilla, usada con abuso, y que se constituyó en la única medicina del gobierno ante la crisis «confianza». A pesar de que se cuestionaron algunas de las medidas del gobierno como el plan de obras municipales la «confianza» prevaleció sobre todo.
En una primera evaluación hay que reconocer que según pareció la mayoría de los ciudadanos no cuestiona la capacidad del gobierno para enfrentar la situación, y la figura de Zapatero no parece desgastada por el tiempo transcurrido desde las elecciones.
Solo dos intervenciones parecieron reflejar la inidencia política de la oposición del PP y ninguna de las grandes cuestiones planteadas por el PP tuvieron un eco mínimo entre las cuestiones planteadas de lo que se puede deducir que la labor de la oposición hierra abiertamente en sus objetivos teniendo en cuenta la que está cayendo sobre una parte muy amplia de la población.
Lo que si reflejó tanto la intervención de Zapatero como de los asistentes es la percepción de la gravedad y el alcance profundo de la crisis, así como su origen internacional; los responsables «nacionales» de la especulación inmobiliaria y financiera salieron totalmente indemnes.
Ha habido algunas respuestas sociales a las secuelas de la crisis, sin embargo las pequeñas dimensiones de estas parecen corroborar que la «confianza» persiste y que la mayoría de trabajadores se encuentran en estos momentos tan resignados como desarmados ante la situación.
El termino «confianza» incluye un ingrediente sociológico de gran alcance, «otros«, el gobierno, las grandes instituciones internacionales…. deben hacer algo para sacarnos de la crisis. Nadie piensa ni dice que tenga alternativas siquiera parciales para que sean los mismos afectados por las consecuencias de la crisis los que aporten una salida a esta.
Recuerdo una de aquellas célebres frases forjadas para permanecer…. «la liberación de los trabajadores será obra de los trabajadores mismos».
Está claro que hoy eso no será así y por tanto «no será«, no se liberarán pero también me queda claro que quienes quieran ese destino para la sociedad, liberar a l@s trabajador@s de la opresión-explotación-discriminación…. tendrán que empezar por borrar de la conciencia colectiva la esperanza en esos «otros» para que sea efectivamente cosa de ellos mismos.
Inermes estamos. Lo más sangrante: la dimisión absoluta de los sindicatos. Vergonzoso papel el suyo. Y mucha razón tiene usted al sacar a colación la frase del final. Aunque no esté de moda, creo que son cosas que, por lo menos, hay que decir.
Un saludo.