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La inmensa variedad de Bienes y Recursos está repartida entre solo dos conceptos: privados y públicos, atendiendo a la lógica del MERCADO. Pero ésta no es aplicable a los que ahora consideramos BIENES COMUNES.
Definirlos es clave para virar hacia un mundo sustentable, basado en la fraternidad y la justicia social. “El comportamiento acorde a estos Bienes Comunes es el de Reciprocidad: dar sin perder y recibir sin quitar. Todo lo contrario al comportamiento del individuo oportunista que genera el MERCADO” según palabras del economista italiano Stefano Samagni..
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Muy interesante la distinción que se hace entre bienes privados, bienes comunes y propiedad pública. Las definiciones dan para trabajarlas posteriormente, sacar conclusiones de mas calado y detalles que las precisen.
El texto vincula lo común a aquellos asuntos mas evidentes, los de la naturaleza. La linea de continuidad con Economía del Bien Común es patente y su ámbito es por tanto universal.
Podemos extraer conclusiones y crear organizaciones económicas que tengan en cuenta estos valores y tener indicadores que nos permitan evaluarlos.
En el texto no se contemplan como comunes las creaciones humanas, la salud, la educación, la vivienda… probablemente no sea una omisión sino un desarrollo necesario aún por abordar quizás porque no se han alcanzado niveles de universalidad tal como la naturaleza.
Las culturas, las legislaciones, los niveles de vida y conocimiento son tan distintos que es dificil crear indicadores que sean referencia a nivel planetario.
Tenemos sin embargo para estas creaciones humanas la Declaración Universal de Derechos Humanos, que, aunque tenga muchos años y pida actualizaciones, si tiene valor universal.
Con el estatus de desarrollo de estos derechos y la propia declaración de DD.HH si podríamos crear unos indicadores de referencia de forma que en cada estado o comunidades de estados pudiéramos definir los indicadores concretos del bien común tanto para la economía como para la sostenibilidad social. La OSCE emite unos informes que ya tienen algunos de estos indicadores.
La introducción de las conquistas sociales en la comprensión del bien común supone una gran ampliación de su ámbito hasta el punto que en las sociedades mas desarrolladas es dificil encontrar algo que no se vea impregnado por lo común.
Gobernar lo común nos lleva automáticamente al ámbito de la política donde el artículo señala acertadamente dos problemas que compartimos con el «bien común de las conquistas sociales». La actitud individualista, cuando no egoista, de la sociedad y el gobierno real de una minoría privilegiada que es la que realmente ejerce el poder.
«Los Bienes Comunes deben ser tratados como tales de principio a fin, y todas las decisiones que se tome sobre ellos deben ser “comunes”: comunitarias. Para eso es necesario – además de volver a confiar en nosotros mismos como COMUNIDAD»…
Y se cita lo que podría ser un programa mínimo de gobierno global que recuerda las multiples intentonas, tan reales y urgentes como fracasadas de «programa mínimo» que llevamos en el estado español.
En nuestra actual experiencia, están presentes todos estos factores, sin embargo y aunque sean las acciones del gobierno las que nos hacen mirar hacia dentro, necesitamos una visión global para resolverlos.
Hace dos meses ensayé a cerca de las actitudes humanas y las políticas para el «bien común de las conquistas sociales» «Del bien privado al bien comun pasando por la politica» para encontrar los elementos que nos permitieran definir una política del bien común.
En las conclusiones (provisionales sin duda) está el problema de la actitud, comentado también por Vanesa Vicente, la generación de una inteligencia colectiva y el uso de herramientas de democracia electrónica que los faciliten.
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