Los puntos débiles de la confluencia política

El Colectivo Burbuja emite regularmente el Podcast Polinomia en IVOX. Ayer emitió «Confluencia» que insertamos aquí. Me gusta que el discurso de la confluencia gane cada día mas terreno, aunque quede mucho por ganar y no podamos sentirnos satisfechos.

 

 

 

 

¿Donde está débil la confluencia?:

– En l@s ciudadanos que esperan que alguien haga la confluencia por ell@s actuando como siempre han hecho en el pasado, dejando su responsabilidad para que la ejecuten otros. Si tuviéramos un pico de movilización esta actitud se manifestaría en un «exigimos a las organizaciones políticas que conformen una propuesta de confluencia», como no es así la «favoritean», en sus selecciones en la red o en conversaciones privadas, pero no mueven un dedo para que se haga realidad.

– En las organizaciones políticas que se oponen a cualquier clase de confluencia, pero también en las que la proponen haciendo de su propuesta un bastión defensivo.

De esta forma la debilidad de la propuesta de confluencia entre los ciudadanos se complementa con la debilidad de la actitud de las organizaciones. ¿Cual es el punto de unión? ¿Donde se conectan ambas posiciones de debilidad?… En el protagonismo, en quien decide.

No es este cualquier tema; nos hemos movilizado contra los recortes porque quienes dicen que nos representan no han querido respetar la voz de l@s ciudadan@s que queríamos decidir sobre las pensiones, la reforma laboral, los servicios sociales, la educación. la vivienda, la deuda, la banca….

Es esperanzador que haya en todas las propuestas un fiel reflejo de esta exigencia, planteada como situación de grave emergencia, en muchos casos llegando hasta el cambio del marco constitucional que impide la participación ciudadana y con la inclusión explícita, como objetivo, de la Democracia Participativa.

Por la coincidencia entre el reclamo social y la propuesta política podríamos esperar que el surgimiento de estas numerosas propuestas hubiera llenado el espacio público, las plazas, los trabajos, de este debate político tan necesario. La sociedad es consciente de la necesidad del cambio político, de la salida de escena de un gobierno ilegítimo, del marco cada vez menos democrático y mas represivo…

Se ha producido sin embargo un impass que no es solo veraniego, un momento de reflexión. ¡Reflexionemos!

1) Si estuviéramos en las plazas, en las movilizaciones, activos… ¿Podríamos llevar a cabo este debate?.

Un@s si y otr@s no, dependiendo de si estamos en el marco interno de cada propuesta o en ninguno porque todas ellas no se han generado en el espacio público sino en el privado, en los espacios cerrados de las organizaciones en donde no es la lógica del bien común la que mueve la organización sino sus estructuras, relaciones internas y otras dependencias ajenas al resto de la sociedad.

En el hipotético e imposible caso de que tod@s tuviéramos un marco organizativo político tampoco habríamos podido ya que el ámbito de resolución que es el público seguiría sin conexiones. 200 debates aislados no van a ningún sitio cuando lo que precisamos es una solución de convergencia en la que se identificara una amplia mayoría social.

1) Si estuviéramos en las plazas, en las movilizaciones, activos… ¿Podríamos crear una alternativa fruto del debate y la inteligencia colectiva?.

Si sería posible, pero las actuales organizaciones y propuestas se verían desbordadas por una dinámica social ajena a sus estructuras para lo cual no están preparadas. La «sorpresa 15M» se volvería a repetir.

La movilización social tiende al empoderamiento de áreas de poder decisivo de las que ha estado antes excluida; las organizaciones apuestan sin embargo por el modelo de la democracia representativa aunque declaren apostar por la democracia participativa. Y no olvidamos la amnesia que produce en l@s candidat@s el fin de la campaña electoral.

Es posible superar esta desconexión si conseguimos dos cambios:

1. Un cambio de la posición de partida de las propuestas políticas: Proponer medidas para la confluencia desde el terreno público de lo común, sin condiciones, y no desde su posición privada, comprometiéndose a respetar la acción y decisión que adopte la sociedad.
2. Un cambio de actitud para la implicación activa, personal y grupal en la generación de una propuesta de confluencia.

El protagonismo, quien decide, de esta forma no distanciaría sino aproximaría los puntos de encuentro para una solución de confluencia. Quienes decidimos y quienes proponen las organizaciones que decidan, coincidiríamos antes de cualquier proceso político institucional.