Hacía ya muchos años que no se convocaba una Huelga General. Esta pertenece al grupo de los objetos adorados por la izquierda. Un mito secular en el que se ve la sublevación de los desposeidos frente al poder establecido, una subversión del orden general en el que unos mandan y otros obedecen, en el que hay quien organiza la sociedad y quien sigue los cauces establecidos.
El mito de esa alteración brusca del orden recorre nuestras mentes instantáneamente y nos pide una respuesta personal. No participar en una huelga general es para las gentes de izquierda una especie de sacrilegio ideológico.
La huelga general es por esta visión deseada por unos, temida por otros o manipulada si es posible. Todas las actitudes humanas o grupales tienen una forma particular con respecto a la huelga general.
Las direcciones de los sindicatos la temen, tantas personas fuera de sus cubiculos sociales naturales.. tantas personas abocadas a pensar de golpe en qué hacen… Las direcciones sindicales que ocupan un lugar oficialmente establecido temen al desorden.
Los trabajadores tienen con respecto a ella una actitud de respeto, una carta ganadora en una partida de póquer que se puede usar pocas veces por los riesgos que conlleva, igual que las direcciones sindicales tenemos un cubiculo en la actual organización social. Para mejorarlo nos movemos, para perderlo le damos la espalda a cualquier amenaza.
Las organizaciones políticas de izquierda tienen una actitud históricamente preconcebida ante la Huelga General, siempre hay que ir a ella y los adjetivos, las enmiendas, las críticas vienen después para detallar ese apoyo ciego y prácticamente automatizado.
Las huelgas Generales han sido sin embargo hechos históricos concretos en momentos muy especiales de nuestra historia reciente. Lo que nos ha movido a ellas es siempre específico. Nuestra conciencia del mito de la huelga general viene de los resultados de estas y del imaginario colectivo que esta experiencia nos ha creado de ella. La ideología ha hecho el resto.
Muchas organizaciones de izquierda que realmiente buscan el cambio social, la defensa de los intereses de los trabajadores, aplican sistemáticamente la visión mítica de la huelga general por encima de las condiciones específicas.
Parece que con ello adoptan una posición ideológica estratégica en virtud de la cual serán vistos por quienes desean ser liberados como liberadores, una visión vanguardista/leninista que murió hace algunos años con la crisis de los Paises del Este.
La situación actual de las relaciones entre ciudadanos y organizaciones políticas se puede encontrar en la voluntad de sectores cada vez mas amplios de la población de recuperar el protagonismo polítcio/social. Se plantean seriamente recuperar la democracia directa, someter a las instituciones y partidos a su voluntad inmediata y no ceder sus derechos por largos periodos como está sucediendo en el actual modelo político.
La visión mítica de la Huelga General no nació de un dia para otro sino de cada una de las experiencias que fueron vividas intensamente por sus protagonistas porque protagonismo es la referencia para orientarnos en situaciones no claras no clásicas, no definidas como la actual de la Huelga General del 29 de septiembre.
¿Quienes son los protagonistas del 29S?… pensemoslo despacio… ¿Han influido de alguna manera los trabajadores en la convocatoria, en las condiciones, en los detalles…?. En cada uno de los temas decisivos de la convocatoria de la Huelga General quien ha decidido han sido solo las direcciones de los sindicatos y hasta el propio enemigo a combatir en este caso, el gobierno. Procede ponerle a esta huelga el adjetivo de política como expliqué en «Decidir el 29 si hago huelga«.
Las organizaciones y personas con voluntad «autentica» son asociados directamente a la burocracia sindical, como si fueran sombras de ella, por aplicar ciegamente la visión mitica de la Huelga General, cuando ateniendose a valores ideológicos «de raiz» como «la liberación de los trabajadores será obra de los trabajadores mismos» (K. Marx) podrían tener visiones del momento mas ajustadas a la realidad y vivir en el imaginario social el momento historico en condiciones ma acordes con la realidad de una Huega General política que de una Huelga General nacida de la voluntad directa de l@s trabajador@s.
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