El negocio del control aéreo

Hoy es el primer día que voy a trabajar desde casa. Nuestra empresa, CAC (Control Aéreo Civil) acaba de implantar SkyDrive EuroPac, una aplicación remota para el control del espacio aéreo europeo que podré ejecutar desde casa utilizando el Certificado Personal de Ciudadanía.

Quien lo iba a decir hace tres años, cuando nos militarizaron y sentimos aquel rechazo social que nos obligaba a escondernos ocultando nuestra identidad. Poco podíamos imaginar entonces que aquellos miles de personas que clamaban venganza por haberles dejado en tierra cuando iniciaban sus vacaciones, semanas después se convertirían en la base y motor de este gran cambio.

Parece increíble después de todo el miedo que pasamos, ese que hace que tus piernas tiemblen o que te bloquea las ideas; miedo que nos hizo temer seriamente por nuestro futuro. La privatización incierta, los militares en la torre de control y con planes de formación para poder involucrarlos en cualquier conflicto laboral; las cuentas personales intervenidas por la fiscalía y una larga lista de procesos abiertos que ocupaban el entonces escaso tiempo libre y lo que era peor, ocupaban totalmente mi mente. Nuestra jornada laboral se había alargado muchas más horas. La preocupación no era por las horas de más, sino el miedo a que el cansancio y la desconcentración nos llevara a un error procedimental y un error de concentración en las consolas de control aéreo suele implicar vidas humanas.

Habíamos sido duramente criticados en las redes sociales, en Twitter habían sido especialmente duros con nosotros, crearon un hashtag cuyos contenidos no dejaba un resquicio para la defensa de nuestra acción de aquel día. En otras redes sociales también hubo reflejo de lo sucedido.

En Facebook surgieron varios grupos. Algunos controladores estuvimos en ellos, primero en silencio y después participando. Destacó por su espíritu constructivo “Controladores y Viajeros”.
De él surgió una sorprendente iniciativa, crear una empresa conjunta de ciudadanos y controladores que reclamara sus derechos en el proceso de privatización abierto por el gobierno. Si los ciudadanos estaban pagando los salarios o los gastos de gestión vía impuestos y tasas aereoportuarias ¿porqué no iban a tener derecho a asumir como entidad una gestión que se pretendía entregar a empresas con intereses solamente privados? El gobierno estaba asfixiado por las presiones de los mercados financieros y la propia U.E. con respecto al peso de su deuda pública. Esto fue, curiosamente, un incentivo para crear la que hoy es nuestra empresa, CAC.

Mediante un portal en internet y usando solo certificados personales te inscribías en la empresa respondiendo a dos preguntas:

  1. ¿Entrando en esta sociedad acepta Vd. asumir la gestión del espacio aéreo haciéndose cargo de los activos y deuda actual?
  2. En caso de respuesta positiva, confirme que desea entregar a ésta el porcentaje de sus impuestos que actualmente entrega al estado para este fin.

El gobierno aceptó el reto. Se quitó de golpe, ante la UE y los mercados, un grueso epígrafe de sus presupuestos. La banca aceptó de buen grado al nuevo interlocutor, los mismos ciudadanos quienes asumían la deuda conscientemente y no forzados por las leyes o con recortes sociales.

Lo interesante del cambio sin embargo vino después. Podía haber sido solo un engaño, pasarles a los ciudadanos una pesada carga para endeudarlos mas aún pero no, hace año y medio que desapareció la deuda.

El secreto está en cómo funciona CAC.

CAC asentó su singladura sobre dos pilares:

  1. Cambió los fundamentos ejecutivos en la organización de la empresa.
  2. Firmó un pacto interno con trabajadores y sindicatos.

Nuestra fuerza en todos los conflictos laborales había estado en la exclusividad de nuestro trabajo. Teníamos un conocimiento y especialización que nos servía tanto para defendernos como para mejorar las condiciones salariales. Sabíamos mucho más que cualquier jefe que la administración pudiera ponernos. Lo que nos propuso CAC fue usar este conocimiento para mantener nuestras condiciones de trabajo mientras eliminábamos el endeudamiento y mejorarlas después.

La implantación de  SkyDrive EuroPac es una de las grandes mejoras para nosotros como profesionales del control aéreo. Implica hacer el mismo trabajo con mejor calidad de vida. Yo, en concreto, me voy a vivir al campo. También es una gran mejora para los resultados de CAC como empresa, que ha sustituido las costosas torres de control y los problemas derivados de los turnos y gestión de personal, mediante una aplicación accesible desde cualquier sitio. Los beneficiados, todos: los viajeros, incremento en la seguridad y puntualidad; los ciudadanos que teniendo garantizada la gestión del espacio aéreo sin mas “secuestros” han reducido su aportación regular de capital en un 40%. Es decir, han reducido el coste del servicio sin afectar la calidad. El estado que se quitó un problema y los bancos que recuperan con creces la inversión realizada.

Los sindicatos han jugado un papel clave y con éste, también se han reconciliado bastante con los trabajadores y la ciudadanía. Son ellos los que han guiado y monitorizado el cambio en los hábitos de trabajo, convirtiendo la actitud de los trabajadores en una actitud activa de mejora de los procesos del negocio. El conocimiento que usábamos para defendernos lo usamos ahora para eliminar incoherencias en las aplicaciones, para evitar duplicidades, para aportar ideas que simplifiquen la gestión segura de las rutas aéreas.

Esto ha ayudado a mejorar mucho el ambiente en el trabajo. Nadie teme que invadamos sus competencias. Hacemos sugerencias continuamente usando una aplicación de microblogging y también las recibimos de los viajeros mas curiosos o interesados en nuestra mejora. La actitud en el trabajo ha cambiado gracias a que CAC cambió desde el primer día la filosofía de gestión. Propuso un plan de renovación de las funciones de gestión con opción, para los ejecutivos existentes, de unirse a él. El plan suponía la desaparición de divisiones organizativas internas según las áreas clásicas, recursos humanos, administración, control de gestión, TIC… En su lugar nacieron los equipos multidisciplinares organizados alrededor de la calidad de los procesos que gracias a las TIC podían trabajar desde cualquier lugar sin necesidad de reunirnos en un mismo despacho.

Era un resurgir del antiguo H24 que a finales del siglo pasado e inicios de éste AENA había intentado llevar a los aeropuertos, sólo que ahora, con la tecnología actual era 100% factible y podíamos incluirnos en él. El papel de los ejecutivos consistía en dinamizar la organización para mejorar la calidad, la comunicación tanto interna como externa y reducir los costes de funcionamiento. La CAC se dotó de un sistema inteligente de selección de ejecutivos. El valor decisivo fue la transparencia. Creó un sistema accesible para los ciudadanos en el que tanto ellos, como los trabajadores podían evaluar y decidir sobre los proyectos de mejora.

Las iniciativas surgidas de los diferentes equipos de trabajo se volcaban al sistema, de forma que podían recibir toda clase de aportaciones, nuevos desarrollos alternativos, etc. de manera que pudieran evaluarse las mejoras potenciales por los costes reales y el ahorro que podría significar para los ciudadanos o mejoras en calidad que se persiguieran. El voto electrónico en el que participaban todos los ciudadanos, incluidos los empleados, permitía finalmente elegir qué acciones la organización llevaría adelante y, por tanto, el presupuesto para el próximo ejercicio.

Los mejores dinamizadores, ya vinieran de promoción interna, destacados por su mérito en la propia organización o captados del exterior, por experiencia demostrada en comunicación, innovación o recursos humanos, eran fácilmente seleccionados por la CAC que conseguía así actuar de forma coherente con sus valores y conseguir sus objetivos con la participación directa de los ciudadanos.

Algunos cambios en la banca -que contaré en otra ocasión- han ayudado. Básicamente, la entidad que colabora con CAC ha asumido parte de la gestión financiera de la empresa haciéndose responsable de la financiación ante los ciudadanos, con planes ligados a las inversiones fácilmente accesibles desde la aplicación que antes señalaba.

Tras aquellos aciagos días en los que nos escondíamos ahora somos un colectivo nuevamente respetado. Todos saben que soy controlador. Ya no he que ocultarme mas. Saben cuánto cobro porque participan de la definición de mis ingresos. Todo hay que decirlo, están surgiendo más empresas así y en muchas de ellas tengo acceso para invertir y gestionar como otros hacen en la mía. Los ciudadanos están contentos con nuestra labor. Todos los procesos civiles se han cerrado.

Hoy quedaré con los vecinos para cenar esta noche, lo haré desde  SkyDrive EuroPac el cual, como todas nuestras aplicaciones, permite la comunicación externa.

…..Visión desde el futuro a raíz del conflicto aéreo y la militarización de los controladores.

Con la colaboración de Mercedes Hortelano @mklogica

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