Un programa de izquierdas para la crisis

Me gusta visitar de vez en cuando Altersocialismo porque es posible encontrar allí temas con reflexiones de mas de un minuto de tiempo, para guardalas y volver a leerlas.

«Un esbozo de programa de izquierdas para la crisis» es de esos temas prioritarios que suelen dejarse en la sombra de lo imperceptible cuando llegan las campañas electorales o cuando estas destapan la quiebra política de una organización.  Es para mi el punto de partida para la solución de casi todo en cualquier propuesta política.

Ahora que la izquierda alternativa al sistema anda flojucha quizás sea bueno resaltar algunas cosas para un programa de acción política.

Por ejemplo se pregunta en el artículo «¿Qué hacemos, por lo tanto, frente a las medidas keynesianas que nos proponen.»… podemos contestar una cosa u otra según donde situemos la pregunta.

Si la pregunta la hacemos entre personas convencidas de que la solución es la reorganización de la sociedad nuevas bases sin explotación etc… estamos haciendo la pregunta a un grupo minoritario cuya unica posibilidad es propagandizar sus forma de ver las cosas e intentar demostrar que otras opciones no ayudan a salir de la crisis sino lo contrario.

Si la pregunta la hacemos entre quienes pensamos son los mas afectados y sufrirán las consecuencias tanto de la crisis como de las medidas keynesianas probablemente o no haya respuesta porque no saben realmente que hacer ni se lo pueden imaginar o quizas haya tantísimas respuestas que cada cual haga lo suyo aun en contra de co-afectados como ell@s, vease emigrantes por ejemplo.

Entonces igual que podemos situar la pregunta en dos planos también hay que situar las propuestas de acción en esos dos planos a los que nos dirigimos:

A quienes estamos en el nivel de aceptación y compromiso con el cambio social las propuestas deben ir orientadas a hacer mas eficiente nuestro trabajo de propagación de nuestras ideas y de «desvelación de los engaños y falsedades de otras» y en lo que no coincidamos a ayudarnos a debatir y avanzar democráticamente en una cultura plural para el consenso social hacia el cambio.

Y a quienes también estamos entre los afectados por la crisis y el keynesianismo qué propuestas llevar a cabo por cada un@ de nosotr@s de forma que unidos en la acción social, o cada cual en sus posibilidades, podamos conformar un frente social de oposición y de cambio.

Haciendo honor a aquello de que «la liberación de los trabajadores será obra de los trabajadores mismos» no podemos seguir dejando para no se sabe cuando el que la acción social y política sea iniciativa de l@s trabajador@s porque ellos han dejado de pensar en liberal o keynesiano y no porque algún diregente lo ha estudiado muy bien y por estar encuadrado aqui o allí hay que seguirle. Eso ya fracasó y pasó a la historia.

Significa que los sindicatos no hacen asambleas informativas sino decisorias y se someten a la voluntad de l@s trabajador@s, les guste o no les guste. Significa también que quienes somos minoritarios, los antisistema, reconocemos este hecho y sin alejarnos de quienes son hoy keynesianos o liberales, actuamos democráticamente para cambiar las conciencias.

Por tanto cuando hablamos de hacer un programa es muy importante decir hasta donde y con quien queremos hacerlo. Cuando en el artículo se dice  «Construirlo supone debatir entre todos, relanzar los movimientos sociales, recoger sus reivindicaciones centrales….» yo interpreto:

Debatir entre tod@s loa afectados por la crisis y el keynesianismo, relanzar nuestra actividad en los movimientos sociales ayudando a que recuperen su capacidad de iniciativa y la discusion pública en ellos de cual es el camino a seguir, incorporando en nuestro programa ( el de la gente antistema), aquellas reivindicacciones programáticas asumidas mayoriariamente en los movimientos sociales que contribuyan al cambio social y al cambio de la conciencia social. Proponiendo el resto de los acuerdos de la gente antisistema como algo a juzgar por la mayoría de la sociedad.

Nos duele muchas veces que ni en las movilizaciones ni en los procesos electorales presentemos a la derecha un frente organizado político y de resistencia. Esto es el reflejo mas palpable  de que hay muchas visiones programáticas, de que hay muchas prácticias programáticas y también muchas valoraciones sobre esas prácticas cuando no muchos recelos y temor por la competencia en las cuotas de representación o poder conseguidos.

En tanto sigamos trabajando solo en el terreno de las organizaciones políticas o sindicales estas diferentes perspectivas y valoraciones seguirán chocando porque nunca se ven las cosas igual desde diferentes sitios.

Yo mismo pienso que el PSOE no puede estar ahi porque su práctica ha favorecido y favorece las políticas conservadoras del sistema capitalista, no creo que I.U. como organización pueda estar,  pues si bien hay muchos militantes que desean el fin del capitalismo, la práctica de sus representantes ha sido seguir con alguna voz disidente el camino marcado por el PSOE.

Volviendo a los dos planos de nuestro planteamiento la unidad política de la izquierda solo puede ser el resultado de la asunción por quienes se identifican así mismos de izquierda de aquellas propuestas programáticas asumidas mayoritariamente en los movimientos sociales que contribuyan al cambio social y al cambio de la conciencia social. Sobre esa base común sería posible el debate democrático y solidario de las diferentes visiones del camino a seguir o la colaboración a medio o corto plazo de organizaciones de simbología e ideología diferente, hechos que afortunadamente ya hemos podido ver con carácter mundial en el movimiento contra la guerra en Irak o el movimiento contra la globalización capitalista.

Entiendo la preocupación por no poder presentar algo mas serio en una campaña electoral, pero creo que nos iría mucho mejor si hicieramos esfuerzos no solo literarios en el terreno del programa sino sobre todo en el terreno del cambio de la conciencia de la sociedad. Por eso artículos como el que cito, y con el que seguramente tengo mas de una opinión diferente, son siempre bienvenidos.

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