Lo he visto profundamente emocionado.
Es inevitable unir las luchas de los estudiantes de aquellos años en las que participé y combatimos juntos, a pesar de no conocernos, de vivir en ciudades distintas y si siquiera estar en la misma organización; porque entonces estar en organizaciones distintas no era motivo de sospecha, no era motivo de competencia, sino que alimentaba la riqueza de un fuerte movimiento estudiantil que supo coordinarse a nivel estatal sin perder su autonomía en cada facultad en cada universidad.
El asesinato de Yolanda lo vivimos los estudiantes en lucha como un ataque directo contra el corazón del movimiento para conseguir aquello que no consiguió la policía, que no consiguieron las fuerzas del gobierno, hacernos dar un paso atrás en el derecho a la enseñanza media y universitaria para cualquier persona, con independencia de su procedencia social o su capacidad adquisitiva.
Entonces como hoy luchábamos, entonces como hoy a Yolanda no la olvidamos. Sus fuerzas, las nuestras siguen unidas, es una mas, ¡¡Venceremos!!.
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