¿Cuantas veces nos preguntamos por las diferencias entre el ser humano y la vida salvaje?. Es una pregunta recurrente para responder a algo que nos inquieta en nuestra forma de vivir.
En una visión estática tenemos nuestras diferencias físicas donde la mas importante es nuestra capacidad intelectual, la que ha ido creciendo con nuestra caja craneal hasta diferenciarnos claramente de humanoides ya extintos o los simios.
El conocimiento que manejamos en nuestro pasado, el que empezó a diferenciarnos, fue un conocimiento adquirido en la colaboración para sobrevivir, en la caza, en la agricultura.. creando técnicas y herramientas nuevas en un proceso de intercambio y experimentación de pequeños grupos humanos cuyos resultados son un trabajo social que ha llevado progresivamente a la civilización a su actual estado de desarrollo.
Conocimiento y producción económica han estado por tanto viculados a nuestra esencia diferencial con respecto al resto de la creación. El mundo animal sobrevive, se extingue o evoluciona con las condiciones naturales existentes. Nosotros somos capaces de transformalas y lo hemos hecho hasta tal punto que estamos cuestionando gravemente las condiciones materiales de nuestra existencia.
Las empresas con mayor visión estratégica han introducido por este motivo la gestión del conocimiento como una herramienta fundamental para su futuro creando técnicas «para capturar, organizar, almacenar el conocimiento de los trabajadores, para transformarlo en un activo intelectual que preste beneficios y se pueda compartir» (Wikipedia).
La actual gestión del conocimiento moviliza partes de la cultura y el conocimiento acumulado por la sociedad con fines económicos privados. El beneficio en su versión capitalista es el resultado contemporáneo de una forma concreta de relación entre conocimiento y producción económica.
Nuestra sociedad comparte conocimiento en dimensiones antes jamas soñadas La tecnología y especialmente las redes de datos se saltan cada dia los límites y cajones impuestos por la actual relación entre conocimiento y forma de producción. La compartición y particularmente las llamadas «descargas de contenidos» están animando a los estrategas del sistema a buscar vias para cortar este acelerado proceso de intercambio de ideas y conocimiento.
Los ataques a la libertad en la red y su neutralidad pretenden evitar el cambio que se está larvando.
¿Cual es el sentido de este cambio? A mi entender saltarse las limitaciones que el beneficio privado impone al dersarrollo de esta combinación de conocimiento y producción.
Son limitaciones al capital intelectual disponible que tiende a cerrase en las fronteras de la empresa capitalista clásica. Hay mas capital intelectual fuera que dentro.
Limitaciones en los portadores de capital intelectual. No podemos pagar a todos los científicos del mundo y si los precarizamos para poder acceder a un mayor número no colaborarán. Recordemos que el trabajo forzado ya fracasó en los sistemas esclavistas por su bajísima productividad. ¿No son los trabajos intelectuales los que aportan mas valor?. La precarización no lleva a ningún sitio.
Limitación en los estímulos e implicación de quienes intervienen en la producción. Está demostrado que son mas productivas las empresas que integran los objetivos de sus equipos de trabajo en los objetivos de la empresa creando un modelo de «360 grados».
Limitación en la determinación del objeto de la producción. Viendo a los clientes solo como fuente de benefico privado perdemos la posibilidad de conocer a fondo sus necesidades económicas y por tanto definimos mal lo que podemos ofrecerle. Las empresas que están naciendo en la red están eliminado el «mostrador» en la relación clientes / proveedores haciendo de la comunicación bidireccional una necesidad estratégica que beneficia a ambos permitiendo crear estrategias colaborativas y no basadas en la competencia.
La progresión en el conocimiento humano y su compartición nos plantea la posibilidad de reorganizar la economía suprimiendo estas limitaciones.
El sorprendete crecimiento de las redes sociales es visto por los estrategas del sistema establecido como una amenaza cuando pueden ser la base para vincular el conocimiento social con una producción económica que podemos llamar por sus dimensiónes también social.
En nuestras actuales definiciones la economía social aparece definida como aquello que no está cubierto por la economía del beneficio privado. Al ritmo en el que nos estan desprotegiendo con el desmantelamiento del estado del bienestar y sus garantias sociales este sector de la economía debería crecer en su volumen. No está siendo así porque, siendo cada vez mas conscientes y críticos con los actuales métodos y dinámicas de la economía del mercado capitalista, carecemos de instrumentos para llevar a cabo esta igualación entre conocimiento social y producción económica.
La compartición del conocimiento en redes sociales puede ser el semillero para el nacimiento de empresas que algun@s empiezan a llamar empresa 3.0 y el Cloud computing puede ser la base tecnológica de esta forma de organización económica que mas allá de la conectividad y el acceso en cualquier sitio, puede permitir también el acceso de tod@s a cualquier proyecto donde el conocimiento que maneje aporte valor.
La experimentación con iniciativas empresariales que usen esta visión «ilimitada» del conocimiento y se apoyen en redes sociales ayudará a definir todos los detalles de la nueva empresa que necesitamos.