Las secuelas internas del liderazgo de Pablo Iglesias

Vivimos un momento ilusionante para miles de personas que han puesto su confianza en la propuesta política de Podemos. Cae la confianza en los viejos partidos del sistema, la sociedad se indigna con la destrucción del patrimonio común y la corrupción generalizada de la casta y como respuesta suben como la espuma las expectativas de voto de Podemos.

Sin el rechazo de la sociedad a la situación que vivimos esto no estaría sucediendo. Sin la experiencia de estos años de masivas movilizaciones no se habría puesto la mira en la conquista electoral de las instituciones, pero tampoco sin un mensaje claro y cercano que sitúa a la propia población en el centro de la solución con Podemos como herramienta.

El artífice del mensaje, cada vez mas demandado por los mass media es Pablo Iglesias y su equipo cercano, hoy concentrado en el nombre que ellos mismos se han puesto Claro que Podemos.

Paralelo a esta ilusión, internamente, se vive sin embargo en Podemos un drama entre las personas mas comprometidas con el proyecto, probablemente también las mas capaces. Un drama por la altísima contención y respeto ante la responsabilidad que estamos adquiriendo ante los ciudadanos, ante un ascenso de las expectativas electorales que sin embargo se están quedando sin los fundamentos necesarios para construir ese futuro esperanzador que nos moviliza.

Aunque podríamos encontrar antecedentes previos la desilusión interna de muchos activistas de Podemos se concentra en el Proceso Constituyente de la Asamblea Ciudadana que está próximo a concluir y ya empezó con el «dictat» de Iglesias quien en una semana presentó un equipo cerrado, creado con fieles y avalado con votos llamados a ciegas que visulizaran su fuente de poder, su impacto mediático.

El proceso de la Asamblea Ciudadana

El Equipo Técnico, el que ha tomado todas las decisiones de este proceso constituyente nunca ha sido independiente y ha trabajado para quien lo puso ahí, aunque fuera solo una parte de Podemos, importante si, pero parte, esa idea tras la que están las tradicionales concepciones de Partido, el interés de una parte, no de la mayoría.

Sabiendo que esto no era correcto, y con denuncias explícitas en algunos casos, la mayoría de Podemos aceptamos esta excepción por el grandioso hecho histórico, el reto político que asumía Podemos ante la sociedad y en el que todos reconocíamos el papel de Pablo Iglesias.

Tras esta decisión claramente antidemocrática han seguido cuatro meses y medio de un debate y proceso congresual irreconocible en sus referencias democráticas o incluso inexistente para la inmensa mayoría de integrantes de Podemos.
No han existido documentos desde el principio, solo un entorno personalizado de Reddit «Plaza Podemos» donde las cuentas no son de Podemos, sino parte de una red mundial de compartición y comentario de enlaces parecido a Meneame en el que rara vez se han pasado de 15.000 visitas diarias. Una herramienta pensada con otro fin en la que se perdían las aportaciones que han sido moderadas de forma totalmente opaca, sin normas de los administradores y ninguna transparencia en su gestión.

Las normas de la Asamblea Ciudadana las publicó el Equipo Técnico en medio del verano sin opción alguna de alternativas o mejoras sentando un precedente que ha sido la norma durante todo el proceso.

El equipo técnico no ha atendido ni una sola petición proveniente de círculos personas o grupos de estos. Se ha mantenido totalmente inflexible haciendo lo que ha querido o interpretando las normas diferente a su propia propuesta si convenía al equipo cercano de Pablo Iglesias.

No se han presentado ideas en documentos para ser debatidas en la Asamblea Ciudadana sino documentos con muchas ideas, bloqueados, forzados a fusionarse para que fueran menos sin participación alguna de los integrantes de Podemos.
Salvo aquellos círculos que han avalado documentos (79) la inmensa mayoría de integrantes no han conocido los documentos que iban a votar hasta que los han visto en Agora Voting el mismo día que se abrió la votación.

Documentos muy largos presentados de forma interesada y sin aviso previo para ser votados juntos de forma que aquellos documentos