Durante muchos años en los movimientos sociales y políticos se ha usado la votación y adopción de acuerdos por mayoría que han llevado a la creación de bloques, concordantes con una idea o con otra, haciendo que la competitividad propia de nuestra sociedad impida la deliberación y el consiguiente enriquecimiento de las ideas que lleva a la inteligencia Colectiva. El método de las mayorías y minorías ha creado en el tejido social vencedores y vencidos de forma que nuestra actitud de colaboración rechazo o pasividad ante la decisión adoptada ha dejado muy débil al acuerdo finalmente adoptado en cualquier asunto. El renacimiento de los movimientos sociales ha traído la revisión del pasado, nuestras experiencias, actitudes y modelos.
La Inteligencia Colectiva está de moda. Está en los deseos de los movimientos sociales, en las declaraciones de organizaciones de todo tipo. Sin embargo no se puede equiparar el deseo por conseguirlo con los casos de éxito que son mucho menos abundantes.
«Normalmente ante una decisión, dos personas con ideas opuestas tenderán a enfrentarse, y a defender ferozmente sus ideas poniendo como objetivo convencer, ganar o a lo sumo llegar a un punto medio. El objetivo del pensamiento conectivo es construir, es decir, dos personas con ideas diferentes ponen sus energías en construir algo. No se trata entonces de mi idea o la tuya, son las dos ideas juntas las que darán un producto nuevo, que a priori no conocíamos ni tu, ni yo.
Por eso, es tan necesaria la escucha activa, en la que no solo estamos preparando la replica que vamos a dar. El pensamiento colectivo nace cuando entendemos que todas las opiniones, las nuestras y las diferentes, todas, son necesarias para generar la idea de consenso, una idea que tras su construcción, de forma indirecta, nos transforma» Pensamiento Colectivo
Con la llegada del 15M se ha generalizado el término Consenso, una introducción al consenso de Luis Bodoque, que bien entendido puede crear Inteligencia Colectiva y una actitud colaborativa, de mayor compromiso, entre los participantes.
Llegar a conseguir inteligencia colectiva en un asunto o de forma regular es responsabilidad tanto del grupo como de las personas que lo integran. No se llegará a el si el grupo no se dota de unos procedimientos acordados previamente en los que cada integrante contribuya con contenidos y una actitud colaborativa.