La ineficiencia y carestía de las ambulancias privadas

Esta mañana vi de refilón el titular de 20 Minutos de Madrid «Madrid gasta un millón en taxis que hacen de ambulancia para pacientes no urgentes» y me acordé de cuando se optó por privatizar el servicio entregándolo a empresas privadas.

En mi lesión cada día de terapia es crucial, y no ir a una sesión supone un retraso importante en mi recuperación», explica. «Ahora, con el taxi, llego siempre a tiempo. Cada viaje, desde mi casa a Majadahonda, costará unos 20 euros», asegura. «Sin embargo, no me da rabia por mí. Hay señoras de 70 años con diálisis que llegan al hospital a las 7.00 h de la mañana y no se marchan hasta las 5.00 h de la tarde. Pero claro, como ellas no protestan…».

vía Madrid gasta un millón en taxis que hacen de ambulancia para pacientes no urgentes – 20minutos.es.

Hoy podemos ver como para estas lo que cuenta no es la salud de los pacientes sino sus beneficios aunque sea a costa de los pacientes y como es lógico de nuestro propio bolsillo.

Porque no nos engañemos, quien paga los contratos por este ineficaz servicio no es la administración, sino nosostros. Son nuestros impuestos los que van a manos privadas para que no haya ambulancias o se pierdan tratamientos por falta de traslado.

Lo grave además es que estamos pagando además muy caro por un servicio que no se presta adecuadamente porque el pago de taxis hay que considerarlo en esa partida.

No me cabe ninguna duda de que si el servicio de ambulancias volviera a ser público nos saldría mas barato, sería mas eficiente y no se pondrían los beneficios de nadie por delante de nuestra salud.

El servicio de ambulancias  debería depender de los hospitales, el presupuesto que ahora se entrega a las empresas de ambulancias puede ser perfectamente repartido entre estos según el número de traslados/mes de cada hospital.

Podemos tener un muy buen servicio de ambulancias si cada hospital contrata a los empleados directamente de las zonas urbanas cercanas y si se vincula una parte de sus salario a la satisfacción de los clientes. Es muy fácil dotar a cada ambulancia de un microdispositivo electrónico con tres botones, «positivo», «negativo», «no opina». No hay que entretenerse para usarlo y servirá para incentivar el buen servicio y la satisfacción de quienes finalmente lo estamos pagando.

¿Cuanto pagamos por el servicio de ambulancias? No lo sabemos, que se publiquen los contratos. Un servicio público como la salud no puede tener cuentas secretas. Seguro que podemos tener un servicio mejor al mismo precio, quizás incluso mas barato.