Para el transito de una sociedad adormecida a una sociedad empoderada de su destino son necesarios unos mínimos comunes del conjunto de la sociedad en quien reside la democracia y un consenso entre los grupos que quieren motorizar el cambio que deben compartir unos valores mínimos y practicar aquellos valores contenidos en el programa social.
El método de trabajo común es la garantía del consenso de los grupos y las condiciones de participación en política son las garantías para la sociedad.
Grupos, ciudadan@s, empoderamiento, consenso y democracia
Entre las personas mas activas de la sociedad, las que dedican muchas horas a lo común sin buscar en ello beneficio personal, se extiende cada vez mas una petición de unidad. Esta petición lleva en cabeza de otros principios la democracia efectiva como referente de todas las demás.
Sin embargo los instrumentos políticos con los que contamos para la política están totalmente manipulados; ley electoral, sistema institucional, derechos constitucionales, partidos políticos y hasta la propia experiencia política que hemos hecho en unas condiciones de escasa democracia.
Nos vemos obligados a jugar con condiciones que rechazamos. Incluso los medios como censo, distrito electoral, juntas electorales no están a nuestro alcance, se usan cuando interesa al poder y en sus condiciones.
Por otra parte la democracia directa, electrónica, inteligencia colectiva… que deseamos nos son posibles plenamente por no haberse desarrollado los medios con los recursos públicos que por ser de todos se debían haber usado. Las iniciativas individuales o grupales han sido insuficientes, aunque haya mucho hecho.
Tenemos por tanto un campo intermedio, yermo por el que transitar en el que aún existe lo viejo pero aún no ha crecido suficientemente lo nuevo.
Buscando el empoderamiento personal y social hemos evolucionado algunos elementos de la asamblea como las indicaciones gestuales. En Brasil el movimiento ciudadano está usando el NO para profundizar en los debates que albergan las diferentes opiniones de la sociedad. Aquí usamos el consenso para evitar la ruptura de las asambleas ante la gran diversidad de una sociedad que lleva decenios sin expresarse.
El consenso no nos ha evitado la dispersión y tampoco hemos conseguido un mayor grado de democracia, sin embargo correctamente situado puede sernos de gran utilidad en este tránsito.
Queremos que los servicios públicos, la sanidad, la educación, la gestión de la energía, respondan al bien común, y queremos ser l@s ciudadan@s quienes decidamos y no una minoría social que trabaja solo para su exclusivo beneficio. El empoderamiento social y la responsabilidad personal que estamos reclamando no tienen vias para realizarse.
Tenemos sin embargo la posibilidad de definir el programa a llevar a cabo antes de que consigamos que sea la sociedad quien tenga en sus manos el poder de decisión. Los grupos de todo tipo son hoy las únicas formas organizadas de la sociedad teniendo en su mano la posibilidad de organizar el debate, los medios y las vias para tomar estas decisiones, pero no pueden decidir ellos, debe hacerlo la sociedad.
Los grupos podemos recoger y facilitar la discusión, desarrollar los hilos de los «NO» para descubrir en detalle los SI en los que ponernos de acuerdo, para esto es imprescindible el consenso pues no corresponde a los grupos decidir sino facilitar sin dejar nada en el camino. Si algún método precisan los grupos es basado en consenso ya que ni pueden votar ni cuentan con referencias con las que validar su voto.
Los grupos pueden llevar a cabo un debate abierto inclusivo y diverso en el que con el concurso de la sociedad se diluciden los puntos fundamentales, llamados muchas veces mínimos sin por eso impedir sus desarrollos posteriores u concrecciones ni aparcar en el camino aquellos temas que precisen de mayor elaboración.
Los grupos no deben decidir el programa mínimo, tampoco en caso de convocatoria electoral van a hacer como los partidos clásicos, presentar sus candidatos para el reparto de la tarta de sobornos que distribuye el sistema a través de las instituciones del estado.
Los candidatos que van a trabajar en un entorno político ajeno al que queremos deben contar con el consenso de la sociedad, aceptar el programa fijado por esta y llevar consigo garantías que permitan a esta, en caso de necesidad, retomar el control de aquello que se les confió.
Las garantías no las pueden decidir los grupos, podrán recoger propuestas y organizar el debate, pero las garantías las debe decidir la sociedad igual que el programa mínimo. Igualmente los candidatos seleccionados para confiarles unas tareas limitadas al tránsito deben ser elegidos por la sociedad. Unas elecciones primarias abiertas a la ciudadanía por circunscripción electoral serían las que conformaran las listas. Los grupos o personas individuales podrían todos presentar sus candidat@s.
Bases mínimas para el consenso entre personas y grupos que impulsen el acuerdo social
Llegados aquí cuales deberían ser a mi entender los mínimos de partida, el consenso, para l@s grupos y personas que trabajáramos para impulsar este proceso?. Ahí va una propuesta para el debate y para ser modificada en lo que aconseje el consenso pues estamos hablando de nuestros mínimos como activistas.
1- Es preferible abordar el tema de la unidad no solo desde el aspecto electoral (yo también creo se debe hacer algo ahí), sino desde el aspecto de un programa de mínimos con el objetivo de unificar tanto la resistencia a esta guerra contra la sociedad como de la propuesta de lo que queremos construir conjuntamente. Si de ese acuerdo mínimo conseguimos formar una candidatura perfecto, pero si ponemos por delante lo electoral habrá un sector de la sociedad escamada con «los políticos» con quien no podremos hablar. Quizás después si podamos hacerlo o hacerlo parcialmente con quienes quieran sin comprometer el acuerdo global.
2- Es necesario un mínimo compromiso ético por el bien común y unos valores comunes como pueden ser: solidaridad, sostenibilidad, DD.HH. colaboración (no competencia) respeto mútuo, transparencia y democracia tanto en la sociedad como en el propio acuerdo político.
3- Es preciso un acuerdo desde el principio para tener tanto un método de trabajo como una forma de trabajar aceptada por todos y en tanto este no exista no tiene sentido entrar a los contenidos pues al no compartir el método se crearan toda clase de problemas.
4- Lo que se haga debe ser desde el principio público e inclusivo pudiendo haber tanto personas como grupos que nunca renunciarán a su identidad pero se comprometerán a alcanzar un acuerdo colectivo haciendo uso cuanto se pueda de la inteligencia colectiva.
Helena Meler Puyal liked this on Facebook.